Durante la campaña, y especialmente después de las PASO donde el vecinalista Bruera logró una magra cosecha, se intensificó la espiral de violencia política que el mandamás comunal articula a través del poder coercitivo de la estructura municipal, y que direcciona especialmente sobre la figura y los militantes de Carlotto y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La estrategia electoral de Bruera fue ocultar a Cristina, jugar con su nombre ("Pablo" y las letritas y los globitos multicolores) e invisibilizar al representante del kirchnerismo en la capital provincial. El objetivo era medir más que Cristina y proyectarse como potencial candidato a la Gobernación en 2015. A "Pablo" le salió todo mal en las PASO y ahora se "cuelga" de la imagen de Cristina (aparecieron las publicidades de "Pablo" y Cristina) y ahondó la violencia sobre el candidato de la Presidenta (acá, un post donde contamos los reiterados incidentes contra los militantes de Carlotto).
Decíamos, que Bruera utilizó toda la estructura y el dinero municipal para articular una red de poder coercitivo en los barrios (punteros-barrabravas que, con dinero y amenazas, movilizan y cooptan votos en la periferia), para desarrollar una violenta campaña electoral en la vía pública, especialmente en el centro (ayudado en esa instancia por el multimedios El Día, que invisibiliza a la oposición e idealiza una gestión que, en realidad, es muy pobre), y finalmente para construir una verdadera para-policía con Control Urbano, convertido en un grupo destinado a perseguir y atacar a los militantes del kirchnerismo platense, en un caso flagrante de abuso de poder y malversación de recursos públicos.
Hoy se sumó un nuevo episodio a la escalada de violencia: Cristian "El Bichi" Coniglio, jefe de la venta ambulante en La Plata apadrinado por los Bruera, muy cercano a Gabriel (diputado provincial y hermano del Intendente) y amigo de Nacho Ramírez, el "jefe" de Control Urbano, comandó un grupo de empleados municipales que, vestidos con la ropa y movilizados con un vehículo de Control Urbano, apretaron a un grupo de militantes del Movimiento Evita que estaban haciando un "bajo puerta" con material de campaña de Carlotto. Consecuencias: Gastón, uno de los pibes del Evita, terminó con un ojo a la miseria luego de la agresión de "El Bichi".
El nuevo hecho de violencia política ocurrió esta mañana en la intersección de las calle 25 y 59, cuando jóvenes del Movimiento Evita realizaban un timbreado para dialogar con los vecinos y entregarles material de campaña del candidato de Cristina en La Plata.
En ese momento, una camioneta de Control Urbano irrumpió en el lugar y un grupo de empleados municipales (identificados por el agredido) que ocupaban el automóvil se bajaron y uno de ellos, luego de increpar, amenazar a los militantes e intentar secuestrar material de campaña, le asestó un golpe de puño a uno de los jóvenes militantes.
Luego del incidente, Carlotto llegó al lugar y acompañó al joven que radicó la denuncia en la comisaría 5° ubicada en diagonal 74 entre 23 y 24.
Estos actos delictivos forman parte de una zaga de atropellos contra el juego democrático y la libertad de expresión que, en los últimos meses, vienen sufriendo diferentes actores políticos de la oposición a la gestión municipal, y sobre todo el candidato de Cristina en La Plata.
El 20 de septiembre pasado, dos posiciones de cartelería urbana en los que aparecían los rostros de Carlotto y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con la leyenda "En La Plata Cristina es Carlotto" fueron destrozados. En esa ocasión, el vandalismo tomó matices brutales: no sólo rompieron las lonas, sino que en dos de esas instalaciones levantaron de cuajo las estructuras construidas con madera, hierro y chapa, desapareciéndolas por completo.
En este contexto, Bruera apela a prácticas que no se condicen con este tiempo histórico: el Intendente representa lo más rancio de la política. No por el uso de la violencia en sí mismo, sino porque el abuso de esas prácticas son emergentes de su cosmovisión política, de su ideología y de su posicionamiento en este tiempo cruzado por debates profundos que partieron al ágora político en dos: el grupo A por un lado (conservadurismo, statuquismo, corporaciones, Clarín etc etc), el campo nacional liderado por el kirchnerismo por el otro. En ese devenir, Bruera quedó allá, del otro lado. Apostó cuatro años a la no construcción; apostó a la cooptación, apostó al poder coercitivo del dinero municipal para construir una militancia ficticia. Por eso ahora, cuando se juega su continuidad jaqueado por un magro resultado en las PASO, por la falta de un sujeto político que lo sustente, por el irreversible divorcio con el Gobierno Nacional, por la falta de ideas de gestión inclusivas, seductoras...tiene que apelar a prácticas ligadas con lo más bajo de la historia política del país.
No se trata de llorar, de victimizarse. No le tenemos miedo a Bruera (y tampoco es cuestión de hacerse el guapo) ni a sus barras organizados y movilizados. La convicción es inquebrantable. Y sabemos que las construcciones sin sustento, sin bases simbólicas y programáticas atadas a proyectos superadores, y apenas sustentadas en personalismo pobres, tienen fecha de vencimiento. El "bruerismo" parece encaminarse hacia el precipicio...
1 comentario:
creo que todos tienen sus horas de gloria y usan y abusan del poder el señor se olvida que estuvo (16años)malgastando dinero y poder con julio alak amigo no llores ahora chauuuuuu-------------
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