domingo, 3 de julio de 2011

Una batalla épica en La Plata con un protagonista K

AL PALO. Guido Carlotto saluda a los 500 militantes que presenciaron el último plenario.

"Cuando hay crecimiento, sustentabilidad económica y estabilidad política la condición de local se fortifica. Así ocurrió en ese 2007 que evocamos cuando vencieron 18 oficialismos provinciales". Mario Wainfeld redondea otro análisis impecable en la edición dominical de Página/12. Explica que en un año electoral como el que atravesamos, las condiciones macro de la actualidad atraviesan y definen el voto. Más coloquial aún: con dinero en los bolsillos, con buenas expectativas en el corto y mediano plazo, sin grandes dificultades en el horizonte el votante, generalmente, renueva su ocnfianza en los oficialismos.

En La Plata, el oficialismo parte en una cómoda pole position. Para el grueso de los ciudadanos de la capital provincial (ay! el ojimetro), Pablo Bruera es un intendente ligado al oficialismo nacional. Las flagrantes oscilaciones políticas, las cavilaciones subterráneas del vecinalista leídas en clave de traición sin retorno hacia adentro del peronismo kirchnerista, no forman parte de la lectura cotidiana de los platenses. Eso se debe a varias cuestiones elementales que hacen a la cotidianidad, pero principalmente a la construcción mediática hegemónica de la ciudad. Por un lado, el emporio comunicacional El Día hace tiempo que viró su política comunicacional hacia el desapego político (sobre todo en la cuestión municipal, pues como contrapartida no ahorró balas para horadar al gobierno Nacional) en pos de no seguir perdiendo lectores: con Gimnasia, Estudiantes y una buena cobertura de policiales, redondea más de 50 mil ventas por día (entre El Día y El Plata). Así las cosas, el centenario diario juega inteligentemente y sólo en estas épocas dispone su artilleria (diarios, revistas, radios...además de su robusto poder de lobby claro) para las batallas electorales, aunque su postura actual sea la de ningunear la situación local: por ideología y por pragmatismo capitalista y financiero, jamás respaldará abiertamente a un candidato kirchnerista. Y según el hilo conceptual de esta columna, Bruera es para el grueso de los platenses (cuidado!, ojímetro reloaded) un intendente cercano a la Presidenta, hoy la gran electora en la capital provincial pues mide 45 puntos.
Además, como consecuencia del crecimiento exponencial de CFK en las encuestas, desde hace varios meses Bruera inició una onerosa campaña publicitaria en el espacio público para "pegarse a la Presidenta" e invisibilizar a sus adversarios.

Así las cosas, hay una dicotomía fulminante en relación a la mirada sobre Bruera: para el espectro político es un jugador vecinalista cuya característica principal es el oportunismo, un kirchnerista de ocasión que llegó a la intendencia con los votos de CFK pero que "traicionó" en las legislativas de 2009 y que, desde ahí hasta hace algunos meses, sólo se preocupó por lanzar extravagantes candidaturas propias en la provincia y de sus delfines en la ciudad, siempre en contraposición al kirchnerismo; por otro lado, lo dicho: la percepción de las gentes de a pie, alejada de la trama fina de la política y más ligada a las positivas sensaciones cotidianas que recibe a través de la marcha de la economía que comanda el gobierno Nacional. Ahí, a falta de 4 meses para las elecciones de octubre, Bruera es un dirigente cercano al oficialismo Nacional.

Finalmente, Bruera fue muy prolijo y cuidadoso en sus apariciones públicas desde 2009. Si bien se afincó en una postura y en un discurso de ruptura política con el Kirchnerismo, esa construcción discursiva era explícita sólo para los habitantes del mundo político y sus seguidores mediáticos. Sin embargo, fue muy ambivalente y laxo para el lector/televidente/oyente de a pie. Inteligencia puesta al servicio de un proyecto unipersonal, desprovisto de anclaje provincial o nacional. Como contrapartida, la gestión municipal no dejaba dudas al enfocar sus esfuerzos en remozar el cento de la ciudad y olvidar la perisferia (¿dónde están los hilos conductores entre lo propuesto y ejecutado a nivel nacional en la búsqueda del equlibrio social y la movilidad ascendente, y lo propuesto y ejecutado por el municipio? Las respuestas no se encontrarán en la gestión bruerista), allí donde NO se forma la "opinión pública" y donde los encuestadores no llaman, simplemente porque no hay teléfonos de línea. Otra pista, a "ojímetro", de la supuesta intención de voto alta que posee el intendente vecinalista.

Resumen: dispositivo mediático hegemónico complaciente + 700 millones de pesos del presupuesto movilizados para construir una imagen aséptica que pueda capitalizarse a la postre con oportunismo electoralista: Bruera sería "kirchnerista" para ciertos sectores de las clases media que conforman la "opinión pública".

EL QUE DA PELEA. En este contexto hay un actor político que asumió la responsabilidad de que La Plata no quede huérfana de kirchnerismo. Guido Carlotto comanda una batalla épica digna de un soldado pletórico de fidelidad, porque decidió cargarse sobre sus espaldas la misión de construir en la capital provincial una opción genuinamente kirchnerista y que, además, sea potable desde los electoral. Es lo que Kibo pactó con Néstor Kirchner allá a medidados de 2009, cuando la "traición" ya se había consumado: recuperar la ciudad para el proyecto nac&pop.

La épica reside en las enormes dificultades con las que chocaba esa voluntad: condiciones estructurales magras (recursos flaquísimos vs. aparato económico municipal) y un espectro político atomizado, sin conducción ni voluntad política expresa para confluir en un solo espacio. Esa épica no puede confundirse ni traducirse como una lucha distópica contra molinos de viento, o irracionalidad o mala lectua o ingenuidad política. Todo lo contrario. No es un sueño sin sustento de un loco suelto, sino que es una construcción política conducida por un actor que es parte del Kirchnerismo desde su inicio en 2003. La heterogeneidad de la procedencia política de las bases de sustención del espacio conducido por Carlotto, aunque con un insoslayable clivaje en la tradición nac&pop, es la mayor fortaleza de su candidatura: habitan ese espacio desde La Cámpora hasta el Movimiento Evita, pasando por históricas agrupaciones de la ciudad como el Ateneo Jauretche y también las más recientes como la Juventud Platense para la Victoria. Es en esta construcción donde abreva la Juventud, ese actor político que es el principal emergente del Kirchnerismo.

La épica, en definitiva, habita en la forma colectiva en que se enfrenta y se vence a las enormes adversidades.

El espacio de Carlotto parece entender y capitalizar el espíritu de época. Ese capital politico y simbólico no lo posee ninguno de los candidatos a la intendencia platense, ni siquiera el oficialismo con la disposición liberada de los 700 millones de pesos del presupuesto municipal. Inclusive es muy difícil replicar en expresiones municipales y hasta provinciales, la mística militante que prevalece a nivel nacional con el Kirchnerismo. Sin embargo, aquello sí está pasando con el kirchnerismo platense de la mano de Carlotto, y la explicación de este fenómeno no puede encontrarse en condiciones materiales, sino en algo que parece romántico pero en verdad es el elemento más potente que puede poseer una construcción política: el convencimiento, la convicción, el ADN militante compartido que es la llave para transformar esa energía insitucionalmente. Es Carlotto quien cataliza esas voluntades y esa simbiosis genética.

Guido Carlotto logró lo que le pidieron: cohesionar a todo el kirchnerismo platense. No fue nada fácil, pero logró sintetizar en su armado todas las voluntades politicas que habitaban, anárquicamente, en el Kirchenrismo local. Eso es una virtud política cara al peronismo: "juntar cabezas". Ahí están, bien juntitas y ordenaditas.

Carlotto está haciendo un curso acelerado de conducción política, en tiempo real y sobre todas las vicisitudes posibles. Había que ver la templanza del hijo de Estela el martes pasado a la noche, al frente de los referentes de todas las agrupaciones que habitan en el espacio que él construyó (con actores de mucho peso específico en la capital provincial y con terminales nacionales como el alakismo, el castagnetismo, el Movimiento Evita, La Cámpora) después de haber hablado con el Chino Zannini y acordar ir directamente a octubre.

Carlotto escucha más de lo que habla. Logró mantener la cohesión de un espacio político cuyo horizonte político se extiende mucho mas allá de agosto y de octubre y sobre el cual la mismisima Presidenta tiene cifradas esperanza: se lo dijo ella misma a Carlotto cuando se reunieron el 19 de mayo pasado, y se lo explicitó Zannini esa noche cuando le dijo "nosotros sabemos que ustedes son el Kirchnerismo". Y se sabe que cuando Zannini dice "nosotros", el plural se reduce a un binomio.

En esa certeza habita subterráneamente el triunfo del kirchnerismo en La Plata. Un triunfo que prescinde de formalidades administrativas y de urgencias típicamente electorales y oportunista. En esa certeza solapada, y en la mística creciente que cada día le aporta la juventud "ultrakirchnerista" (así le dicen alguno ¿no?) a este espacio, se olfatea un triunfo rotundo del Kirchnerismo en la ciudad de la Presidenta. En agosto, en octubre o en 2013, Más temprano que tarde, la rueda de la política signada por el cambio de época, va a pasar por encima de lo construido sobre las individualidades y los egoísmos, y va a depositar a quienes supieron desentramar el clima y las demandas del tiempo histórico en el lugar que merecen. La Plata, de la mano de Guido Carlotto y de la Juventud, parece insertarse de una buena vez en ese paradigma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo épico por naturaleza es subjetivo, lo que no es subjetivo es la necesidad de votos para CFK, Kibo no asegura, Bruera lamentablemente si.
Clásico del Manual de Néstor, que jueguen todos que salgan a la cancha para medirlos, si no perforas el piso te queda acompañar o encarar los molinos de viento. Bruera preside el PJ, que esperaban? los números mandan, las buenas intenciones chocan contra la indiferencia electoral. Analizar el caso Shocklender como daño a Kibo. Esconder DDHH para las elecciones para evitar golpes bajos, más manual.
De sapos tragados se constituye la política, de lo posible se generan cambios de lo ideal sale poco.

Siempre es mejor un mal arreglo hoy que una buena elección mañana. Néstor cuando arregló con Duhalde en el 2003 fué prueba de esto.

Seguidor

Anónimo dijo...

Por favor, como van a decir lo pactado con nestor por algo que supuestamente dijo kibo de que nestor le habia dicho, con kibo al lado del turco alak en la plata, se perdio gran parte de las lineas de micro, se descuido y olvido durante mas de 10 años a los vecinos de los alrrededores del casco y del casco, se fundio la imprenta municipal, se hundio el banco municipal, etc etc... entonces Bruera no es el proyecto nacional pero si es gestion en la plata y suma de votos al gobierno entonces acompañemos metamosnos ahi y transformemos desde adentro lo que no nos gusta! y continuemos lo que si, hoy bruera no cambio todo eso pero si se avanzo con las lineas de micros, se trabaja igual para el del cascoque para el que no, o finjense por ejemplo en adsl se estan construyendo cloacas.. se mejoro el espacio publico, el espacio verde, el turismo crecio como nunca en nuestra ciudad se termino el estadio junto con provincia y nacion se les otorgo el terreno a gelp y edlp y muchas otras cosas que los ciudadanos muchas veces olvidan. abraazo