viernes, 29 de julio de 2011

Pastillas

Hace bastante tiempo, mucho antes de que en 678 encendieran la llama sobre el tema Tato Bores, nosotros hicimos una pastilla para LOCP Radio mezclando a Tato en la discusión entre Amado Bidú y Gerardito Morales.


Otro día, nos pareció que Lucas Carrasco y Luciano Galende nos brindaron conceptos jugosos sobre la ley de medios y la coyuntura político-mediática. Eso, más Welcome to the Jungle terminó así:


Según nuestra visión, Pity Álvarez y Mirtha Legrand tienen mucho en común


Nos parece que Lapegüe se tomó un cuartito...


Lilita y Mirtha contra la ley de servicios de comunicación audiovisual


Esto y mucho más, todos los viernes a la medianoche en LOCP Radio, a través de FM Universidad de La Plata. Hoy, entrrevista con Ricardo Forster en nuestra primera emisión a través de Twittcam.

domingo, 24 de julio de 2011

La ausencia del Estado municipal en la construcción del modelo Nac&pop

La socióloga de Carta Abierta María Pia López afirmó esta semana, en el marco del debate planteado por los intelectuales de Carta Abierta en relación a la estrategia electoral aplicada en Capital Federal, que el kirchnerimsmo es una fuerza política con capacidad de reinvención constante, que va asumiendo formas y métodos diferentes de acuerdo a los momentos: no es lo mismo del Kirchnerismo del 2003 (desde los discursos y la praxis), que el de 2007, que el de 2008 (luego de la 125) que el de 2009 (después de la derrota legislativa). Siempre, ese poder de reinvención le permitió salir airoso y revertir situaciones e imponer agenda gracias a la decisión política de gestión.


López sostiene que, en este momento, el Kirchnerismo es una fuerza volcada exclusivamente a lo electoral y que veremos su verdadero nuevo pelaje después de las elecciones de octubre.

El 11 de marzo pasado en un abigarrado estadio de Huracán, que sirvió como escenario para un acto convocado por la Corriente de la Militancia en el que la Juventud fue protagonista principal, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo: "El gran desafío es que el campo nacional y popular pueda institucionalizar; pero no, eso no se hace a través de una ley o de un decreto. La institucionalización de un modelo de país es cuando se hace carne en el conjunto de la sociedad porque visualiza que ese es el camino más acertado como país y como nación.
Para eso hemos debido luchar contra una fuerte subordinación cultural impuesta históricamente por la historia falsificada desde 1810 a la fecha.
Por eso digo que es importante que el frente nacional, popular y democrático construya esta institucionalidad, que también es cultural, de saber contarle a los argentinos, pero fundamentalmente no contarle a partir de relatos de fantasía, sino a partir de que puedan ver, tocar y palpar cada uno de los logros que hemos tenido con nuestros jubilados, con nuestros pensionados, con nuestros trabajadores en las convenciones colectivas de trabajo, más de 1.800, luego de haber estado aplastadas durante décadas".

Lo dicho por CFK le pone luz al análisis de López: lo que viene, luego del posible triunfo en octubre, es la institucionalización del proyecto Nac&pop y la difícil tarea (inédita en este país: ningún proyecto político cumplió 3 mandatos democráticos consecutivos) de convertir ese proyecto en un modelo sustentable y umbilicado con el pueblo durante una gestión sin posibilidad de continuidad.

El trabajo en ese sentido comenzó hace un tiempo bastante largo y tuvo en la conformación de las listas para las elecciones una muestra taxativa. El Kirchnerismo, en tanto fuerza política en sí misma, comienza a delinear los trazos gruesos de su fisonomía en el camino para dejar de ser un frente electoral o una de las tantas expresiones que habitan el peronismo (la más importante y cohesionada, pero una parte al fin), para tratar de convertirse en una expresión superadora que comande la inédita tarea de institucionalizar y "hacer carne en la gente" un modelo Nac&pop que deje de ser un proyecto, y que definitivamente se convierta en el modelo hegmónico (en términos de Gramsci) que marque la huella a seguir no sólo por el kirchnerismo, sino por las fuerzas populares que recojan esta construcción en el futuro.

Para lograrlo se requiere de la fuerza, la voluntad y la capacidad política de la gestión Nacional, replicar ese modelo lo más genuinamente posible en todo el territorio y que, quienes sean los encargados de comandar cada gestión local sean también juglares en la construcción simbólica del proyecto, exégetas del relato Nac&pop. Esto último, para cumplir con la premisa de "hacer carne en la gente" el modelo, es necesario que sea hecho con convencimiento, con pasión, con conocimiento de causa, con épica. Combinar la gestión de calidad con la cimentación de un relato atractivo e incluyente.

EN LA PLATA. La conformación de las listas dejó claro que el próximo será un ciclo que buscará sustentarse en dirigentes con el ADN K, debido a la magnitud de la tarea. A partir de esa intención, la de colocar legisladores y dirigentes territoriales que comulgen sanguineamente con el proyecto nacional, popular y democrático, el Kirchnerismo podría comenzar a definirse como una fuerza política con rasgos genéticos propios. Esa podría ser una manera de dar un salto cualitativo gigante en la búsqueda de la institucionalización del modelo en ciernes.

Aquella es una tarea monumental, que requiere de ingenierías complejas que dejen la menor cantidad de heridos posibles.

En La Plata, el elegido para encarnar esa tarea (al margen de las designaciones formales que dependen del rigor administrativo) es el senador provincial Guido Carlotto, quien reúne las dos características primordiales: es un dirigente ligado a la capacidad de gestionar (fue secretario de Desarrollo Social en el Municipio entre 2001-2003, cuando el país era un fuego; y en la actualidad, desde su banca de senador, se ha convertido en un virtual despacho de ayuda social ante el flagrante abandono que la actual gestión hace de los barrios de la periferia de la capital provincial) y es además un Kirchnerista genético que acompañó a Néstor Kirchner desde 2003, cuyo principal objetivo es "recuperar la ciudad para el proyecto Nacional y Popular que conduce Cristina".

¿Por qué es Carlotto y no el actual Intendente, que todavía posee un caudal importante de votos (consecuencia de un sistema de medios hegemónicos a nivel local que acompaña solapadamente a una gestión más de estilo macrista, por su preocupación por maquillar los sectores urbanos y por garantizar la continuidad de los negocios de los poderosos de La Plata: medios, sistema inmobiliario, tierras)?

Para encontrar una respuesta a aquel interrogante, deben dejarse al margen las rencillas partidarias, las imputaciones y rótulos producto de las chicanas, las disputas internas de las que la mayoría de los ciudadanos no se entera (porque no le interesa a "la gente", o porque los medios dominantes de la ciudad deciden no replicarlo: esa es otra vieja y actual discusión).

Entonces, la respuesta se encuentra caminando por los barrios de la ciudad. "Nosotros somos los olvidados". Así, sin eufemismos, una vecina del barrio Los Hornos le suplicó a Carlotto que "la ayude". La mujer, de unos 50 años, es portadora de VIH al igual que su esposo. La súplica era por una mejora en la recolección de residuos y en el estado de la calle de tierra: es que la deficiente recolección por parte del Municipio y la falta de canastos (falta de presupuesto o voluntad política? Cuánto debería invertir Pablo Bruera para que en los barrios los vecinos tengan canastos para depositar la basura?) generan un amotonamiento de residuos que terminan por conformar focos infecciosos que podrían ser mortales para la débil salud de la mujer. Algo similar ocurre con el deplorable estado de las calles: las ambulancias, el transporte público, los patrulleros generalmente se ven imposibilitados de transitar por estos lugares, dejando a lo vecinos si ese tipo de servicios.

El pedido amargo de aquella mujer no es un grito solitario, sino más bien la expresión de la inmensa mayoría de los platenses que viven en los barrios. No hace falta alejarse demasiado del súper barrido y pintado casco urbano: 20 cuadras más "allá", el panorama es desolador. La ausencia del Estado municipal es aterradora.

Guido Carlotto viene caminando con asiduidad los barrios, y la semana que pasó inició una serie de recorridas sistemáticas, por la mañana y por la tarde. Las carencias, las demandas y las necesidades de los vecinos se replican maquinalmente, casi como si vivieran todos ellos confinados en un mismo ghetto anacrónico, traspolado de crónicas amarillentas de otro tiempo histórico: terribles deficiencias en tendidos de corriente eléctrica, de agua (ni hablar de gas), de iluminación, de cloacas; cero asfalto y calles intransitables; transporte público desregulado, ausencia total de política pública de vivienda y tierra, lo que deriva en el inmoral usufructo de ese vacío por parte de "punteros" funcionales que se apropian de los terrenos y extorsionan a los vecinos; en ese mismo sentido, cooptación territorial mediante amenazas y el poder coercitivo del dinero municipal.

Toda esta situación de desigualdad asfixiante entre el centro que, aunque con dudoso gusto y sin obras de infraestructura importantes, se mantiene impecablemente presentado, y los barrios que carecen de la mayoría de los servicios básicos se da en el marco de una situación de crecimiento, desarrollo e inclusión a nivel nacional. Esa contradicción entre el relativo estado de bienestar que genera el Gobierno Nacional, y la ausencia de infraestructura municipal, se observa taxativamente en gran parte de los barrios platenses: casas humildes pero sólidas, de material, con todas las instalaciones estructurales que florecieron en el último tiempo, conviven en barrios que en los últimos 4 años mostraron retrocesos flagrantes.

El período kirchnerista posibilitó millones de soluciones habitacionales gracias a una inversión récord en obra pública; construyó 2400 kilómetros de autopistas y cientos de miles de kilómetros de asfalto; le devolvió la dignidad a millones de argentinos con la generación de puestos de empleos y con un tendido de mejoras estrucutrales sin precedentes; salud, educación, ciencia y tecnología, jubilaciones.

Para que el proyecto se transforme en modelo, y para institucionalizarlo y que se "haga carne en la gente", es vital replicar en cada territorio del país la gestión del Gobierno Nacional y construir un relato acorde, subido en las convicciones. Por eso, en La Plata, es Carlotto.

domingo, 17 de julio de 2011

Batistuta, de goleador a terrateniente oligarca

"ARGENTINA ES EL ÚLTIMO LUGAR DEL MUNDO PARA INVERTIR"

Una entrevista de Gabriel Omar Batistuta con la revista Fortuna (de editorial Perfil, de Jorge Fontevecchia). El Bati pasó de ser hijo de un humilde chacarero de Reconquista, a un oneroso terreteniente, jugador de polo y habitué de los eventos más PRO del país. Y su padre, ahora, es el presidente de la Sociedad Rural de Reconquista. Lo que hacen los goles ehh?

La entrevista acá.

martes, 12 de julio de 2011

Clarín y Macri admiten las escuchas

El "escuchador" Maurizio, procesado por ser el supuesto lider de una banda de espionaje, dice en Clarín que va a seguir con su empecinamiento por espiar: "VOY A ESCUCHAR A TODOS LOS CANDIDATOS DE LA OPOSICIÓN"

lunes, 11 de julio de 2011

CARACÚ

Caracú, una revista corte popular. Así se llama el excelente producto comunicacional que armaron los pibes y pibas del Centro Cultural Oesterheld de La Plata (sí, los de Nunca Menos) y del que nos permitieron ser parte en su primer número escribiendo un artículo. La revista es temática y cada número abordará un eje conceptual que se atacará desde diferentes perspectivas. En la primera edición se trató de Hegemonía, cultura y Kirchnerismo y participaron, entre otros, Hernán Brienza, el mismisimo Buyú, Daniel Belinche (subsecratario de educación provincial), Hank Soriano, Martín Pique

La revista la pueden ver acá en su edición digital. En la página 6 está nuestra nota que reproducimos acá abajo.

BETTY BOOP, SARLO Y CLASE K: DE HEGEMONÍA Y TRIUNFO


Recién llego de la CABA, vengo del programa de Alfredo Leuco en Canal 26. En el estudio estaba Beatriz Sarlo: una grossa, no hay dudas. Pero tampoco me quedan dudas, sobre todo después de escuchar con atención a Betty, de un triunfo. De una victoria subterránea.

En el programa de cable del periodista cordobés, Sarlo fue a hacer “propaganda” (como a ella le gusta calificar a la publicidad ligada al Kirchnerismo) de su último libro “La audacia y el cálculo”, en donde hace un análisis de “la era K” y de la hegemonía cultural K. Fue Sarlo la primera de los intelectuales opositores (quizás de todo el arco intelectual, a secas) que comenzó a expresar esa idea. Muy interesante, por cierto. Alude a un debate complejo y fundamental. Fundacional. Sin embargo, acabo de ver en Canal 26 como Sarlo recula. “Recalculando”, como dice la publicidad del jugo.

Es que Betty, que escribe en La Nación y cuyo último libro fue publicado por editorial Sudamericana, también está expuesta y forma parte del entramado de producción de sentido, de la industria cultural y de sus relaciones económicas. A pesar de ese aire de revolucionaria chic, del tipo “te cito a Sartre y a Raymond Aron” y te canto la justa de Perón y Montoneros. Pues entonces hay que recalcular. Digamos que si el Kirchnerismo ganó la “batalla cultural”, entonces abreviemos esa batalla. Expulsémosla hacia los márgenes, hacia un universo compuesto apenas por el lumpenaje ultra-kirchnerista y las “pocas personas” a las que le interesa la política en la tierra de Evita, Maradona, Gardel y Gabriela Michetti.

Entonces, en Canal 26 y ante la atenta mirada de otros intelectuales de fuste como Leuco y Pepe (Pepe es Eliaschev, como Mauricio es Macri, ¿no?), Sarlo lo hace (casi como Me**n, que lo hizo): reduce el cosmos de la batalla cultural a los televidentes de 6,7,8 y a los “activistas” de las universidades. Y poco más que eso. Sarlo se ve obligada a diezmar su propio análisis que, con certeza y agudeza, había trazado el boceto de un debate hondo.

Beatriz Sarlo es, digámoslo compañeros, una intelectual de la hostia, muy a pesar de esta versión Betty Boop más ligada a las necesidades del mercado: JP Feinmann (no es una agrupación, es otro intelectual. ¡Paremoslá con querer aparatear todo cumpas!) publicó El Flaco, entonces hay que equilibrar y poner un libro a esa altura pero en sentido contrario. Los mercados. La batalla cultural. Las editoriales. La soja y las formas de producción. Todos somos burgueses o queremos serlo. Es encantador ver a Sarlo: es una señora mayor, diminuta físicamente; expresa un look refinado, europeo (eso es un piropo) con esas medias cancan amarillas y ese vestido hasta las rodillas y los zapatos que parecen combinar con todo, hasta con los colores del estudio; el maquillaje cuidado y las cadenas de oro alrededor de ese cuello frágil y rociado con un perfume inquietante. Se va Betty del canal, escoltada por un productor y saludada y felicitada por todos los que estamos allí. Una delicia. ¡Que cagada che!, no tener 50 años más…o 50 años menos.

UNA CLASE K. Pero la cosa es hablar de música. ¿Qué tiene que ver Clase K, con Sarlo y la hegemonía cultural? Nada. O todo. Vos fijate.

"En el barrio comentaban, que la cosa iba a cambiar/ la gente esperanzada, le rezaba al General/ Después de 4 años, Tío Néstor nos cumplió apoyamos el proyecto, para la transformación. /Cristina, sos el campo popular, Cristina junto a vos vamos a estar/ Cristina gobernando la Nación, el cambio recién empieza. / Junto a Néstor Conducción".

Eso es un fragmento de la canción “El cambio recién empieza” de la banda La Clase K, Cumbia Social. Quizás algunos seguidores que leen a Sarlo pero que entienden mejor o prefieren a Luis Majul (perdón Betty, pero es que están del mismo lado) tienen una respuesta obvia para eso: la billetera del inefable Néstor Kichner no sólo podía comprar voluntades en el Congreso, hacer negocios con el capital concentrado para beneficiar a sus amigos o generar un ejército de vagos adictos con la AUH: también podía, cómo no, comprar un grupito de pibes para que hagan “propaganda” popular desde una cumbia desafinada y un tanto fuera de tempo. Lo que no podría explicar esa versión del mundo es la pasión militante, el convencimiento genético y el amor que esos pibes le meten a lo que hacen.

La Clase K nació como banda de cumbia en 2007, conformada por militantes de un comedor comunitario de Alejandro Korn, en el sur del conurbano bonaerense. La idea de la banda surgió de los propios chicos que militan, que a través de la música querían demostrar sus ideales y su forma de ver la política. Las letras de los temas se discuten, se piensan, se debaten. “La idea es hacer una cumbia social, con contenido”, afirman cada vez que pueden los pibes.

La Clase K compone, canta y milita en los mismos lugares y en la misma sintonía que muchos de los militantes que habitamos en el kirchnerismo: estuvieron acá en La Plata, en el Karnaval para Todos, cuando vino Chávez a la Facultad de Periodismo, en el Festival por los Derechos Humanos y la Democracia…

La Clase K, en tanto grupo de jóvenes organizados (en la militancia barrial y en un grupo de cumbia) son emergentes de este tiempo histórico, son emergentes del kirchnerismo y son la consecuencia de la hegemonía cultural (en términos de Gramsci, que se diferencia de la dominación coercitiva, vertical) que no se reduce, como dice Sarlo, a los televidentes de 6,7,8. La Juventud es el principal emergente de este modelo político y social que antes del 25 de mayo de 2003 no estaba politizado.

Dice Sarlo en La Nación: “Durante el primer peronismo, los chicos de los campeonatos infantiles cantaban una marcha cuyos dos primeras versos eran: `A Evita le debemos nuestro club, por eso le guardamos gratitud´. No se trataba de una fantasía. Hoy, marchas como ésa ya no expresan la estética popular; es el momento de los candombes (todavía nos deben una cumbia) cuya letra no podría ser `A Néstor le debemos nuestro club´.

Una vez más, Sarlo queda desautorizada por la realidad que, dicen, es la única verdad. Claro que le métrica o la estética del cancionero popular no es ni siquiera parecida a los hits de los años 50. Pero lo que expresaban esas marchas y lo que dicen estas canciones es la misma cosa. La miopía intelectual no permite ver que las consignas de los militantes, que La Clase K devuelve en canciones (aunque muchas veces desalineadas y, ciertamente, poco agradables al oído) son el reflejo de las conquistas de este tiempo: la AUH, ley de medios, matrimonio igualitario, jubilaciones dignas, puestos de trabajo generados. Aunque a Sarlo le cueste creerlo, todo eso se traduce en canciones y, además, este tiempo también aporta, muchas veces (como en Nunca Menos), la belleza estética que faltaba en las marchas blanco y negro. En las proximidades de este hecho, merodea un triunfo que prescinde de las coyunturas electorales.

sábado, 9 de julio de 2011

El juego de las diferencias en La Plata: de Kirchnerismo y vecinalismo

La puja por la intendencia de la ciudad de La Plata está reducida a dos candidatos que son expresiones de construcciones políticas que están en las antípodas, a pesar que ambos confluyen dentro del peronismo kirchnerista. A pesar de la supuesta proximidad en la procedencia de ambos candidatos, la conducta, el discurso y la praxis política que mantuvieron en los últimos dos años son elementos que construyeron una grieta insalvable entre estos dirigentes. Esos mismos elementos son, al mismo tiempo, los que definen taxativamente el lugar ideológico y de pertenencia en el que se ubican. El centro de este universo es el Kirchnerismo conducido a nivel nacional por Cristina Fernández de Kirchner y, en el juego dialéctico y en la práctica cotidiana que definen la proximidad al epicentro (lo que implica beneficios materiales y simbólicos vitales) uno de los dos emerge como un representante genuino del ADN K, mientras el otro surge como un dirigente oscilante y oportunista cuyo camaleónico olfato lo permitió permanecer en el espacio -aunque sea en los márgenes- gracias a formalidades administrativas y al pragmatismo que suele imperar en coyunturas electorales.


Estos dos dirigentes son Guido Carlotto, senador provincial y kirchnerista puro; y Pablo Bruera, actual intendente y vecinalista-autonomista que fue beneficiado con la boleta oficial del FPV por ser el titular del partido Justicialista.

En las últimas horas, tanto Carlotto (el jueves en el centro de la ciudad) como Bruera (el viernes en el camping de UPCN en las afueras) lanzaron sus candidaturas. Los matices que definieron ambos actos son, a la postre, herramientas que ayudan a iluminar la engorrosa trama de discursos, operaciones mediáticas y costosas campañas publicitarias en la vía pública que, en los últimos meses, pretendieron imponer rótulos y pertenencias ficticias en el espacio kirchnerista de la capital provincial.

El jueves a la tardecita, Kibo Carlotto organizó un acto en el que se rodeó del actor político que es el principal emergente del kirchnerismo: la juventud. Los espacios juveniles que confluyen en el espacio que conduce el Senador provincial (desde La Càmpora al Movimiento Evita, pasando por agrupaciones históricas de la ciudad como el Ateneo Jauretche o las más recientes como la Juventud Platense para la Victoria) organizaron un recital en el que tocó la Mancha de Rolando y también Carlotto (se sumó en los últimos dos temas del show y tocó como segunda guitarra en Calavera y Arde la Ciudad) que sirvió como iconografía para lanzar la campaña y presentar la lista de concejales sub-40 que Carlotto diagramó en consonancia con Cristina Fernández de Kirchner (cuando se reunieron el 19 de mayo pasado, la Presidenta le pidió al postulante que le siga abriendo espacios a la Juventud).

En el discurso que brindó en esa oportunidad, el hijo de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela Barnes de Carlotto, afirmó que el acto era una forma de rendirle cuentas a Néstor Kirchner. “Néstor, donde quieras que estés: nos comprometimos a conseguir la unidad del Kirchnerismo de La Plata y acá está, cumplimos. A mis costados se encuentran los mejores representantes del kirchnerismo. Con estos jóvenes voy por adentro, por afuera, por arriba o por un costado”. Abajo, uno 3 mil pibes-militantes-potenciales cuadros hacían arder la ciudad subidos a consignas de genética kirchnerista como el clásico “Noble/Magnetto/devuelvan a los nietos”. “Claro que si, devuelvan a los nietos”, asintió Carlotto desde el estrado, mientras Estela se emocionaba a su lado y una enorme bandera del Movimiento Evita parecía relucir con más fuerza: “En La Plata, Bruera es Clarín”.

En la misma alocución, Carlotto profundizó la simbiosis con los pibes que cantaban allá abajo: “Yo soy argentino/soy soldado/del Pingüino”, bramaba la marea. Y el candidato afirmó y redobló la apuesta: “somos soldados del Pingüino y de la Presidenta”. Kirchnerismo al palo.

Un día después, lanzó su candidatura el actual intendente con un acto pletórico de tópicos peronistas neoliberales (de esos que de peronismo sólo tenían la masividad, en ese tiempo donde los enemigos del pueblo vaciaron de contenido al Movimiento y lo pusieron de rodillas, servil a sus intereses de la mano de traidores monumentales como el ex presidente Men…): un aparateo excesivo, muy poco de militancia convencida y apasionada, y un discurso bien lavadito y ambiguo: paradoja central, Bruera no mencionó ni siquiera una vez a Cristina Fernández de Kirchner. Tampoco al gobernador Daniel Scioli. Lo que sí abundó en ese discurso fueron latiguillos vecinalistas que construyeron un relato vacío de ataduras a terminales nacionales o provinciales, un relato desprovisto de elementos colectivos.

La frutilla del postre: como el actual intendente optó, a lo largo de sus 4 años de gestión, por comprar punteros y fabricar movilizaciones jugando con la necesidad de los vecinos (una vez más, la réplica de usanzas anacrónicas ligadas a la época de traición flagrante al pueblo peronista) en vez de construir militancia real, el acto estuvo copado por los barrabravas a sueldo de Gimnasia y Estudiantes que son su fuerza de choque y su actor “militante”. Claro que los barras responden sólo a sus intereses económicos y, entonces, decidieron dirimir esas internas a los tiros en medio del acto. Vecinalismo (del malo) al palo!

En La Plata, las diferencias son claras y las pertenencias, explícitas.

Tiroteo y herido de bala en el lanzamiento de Pablo Bruera

Leemos en el diario Diagonales de La Plata:
"Con graves incidentes el intendente Pablo Bruera lanzó su candidatura a la reelección en el camping de UPCN, ubicado en la calle 89 y 143. (...) Fuentes policiales informaron que hubo, al menos, un hombre herido de arma de fuego en la pierna y una mujer con heridas de arma blanca que fueron trasladados al hospital San Roque de Gonnet, dato que fue confirmado desde el centro médico. (...) Según contaron fuentes que estuvieron presentes en el acto, el clima que se vivía en el predio de UPCN "era muy pesado" por la presencia de integrantes de las barras de Estudiantes y Gimnasia y Esgrima de La Plata que chocaron durante y después del acto. La interna dentro del grupo de seguidores del actual jefe comunal se remonta al lanzamiento que realizara Bruera en el Luna Park el 25 de agosto del año pasado en donde facciones de la hinchada de Estudiantes se enfrentaron en las inmediaciones del estadio".

 Tiroteo en el lanzamiento de Bruera

viernes, 8 de julio de 2011

Sufrir


Abrir la puerta

El viaje empezó hace 2 años, quizás: "cuando la plaza está sitiada, la disidencia es traición".

Si en La Plata este viaje empezó hace 2 años, hoy esa travesía tiene un camino bien claro con un conductor sólido que ayer se puso de cara al actor más revulsivo de este tiempo histórico.

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TIEMPO HISTÓRICO. Tiempo histórico que, de alguna manera, debería encontrar desde diciembre próximo un puente dialéctico hacia la superación (en signo hegeliano) de esta etapa y entrar en una batalla monumental por crear un signo de época que ya no esté atado a la crisis política y económica generada por varias décadas de neoliberalismo financiero especulativo, sino que esté ligado a la estabilización y profundización de un modelo político, económico, social y cultural que entre a un ciclo que incluya a las mayorías en todos los ámbitos: mayorías populares, que sea mayoría en la política (la posibilidad de la "unidad" como explica Brienza acá), en la industria (lo que alguna vez se soñó como burguesía nacional), en las empresas, en las culturas.

Una tarea épica debido a la rispidez intrínseca que afronta cualquier gobierno sin capacidad aparente de reelección; y también por la dificultad extrema que implica la construcción de institucionalización y hegemonía de los proyectos políticos en un país cuyos poderes reales no aceptan ser parte de construcciones colectivas inclusivas, sino que imponen ser (como lo fueron hasta que se toparon con un gigante el 25 de mayo de 2003) quienes dicten el rumbo político y económico de la Patria.

Lograr aquello sólo será posible con la conduccción de Cristina y bajo el paraguas político del peronismo kirchnerista. Eso está claro: sin Cristina y sin kirchnerismo, no habrá nada. Cristina, otra gigante antológica como Néstor, será quien cargará sobre sus espaldas la responsabilidad de lograr lo que nadie pudo en la historia de este país (ni siquiera Juan Perón, bombardeado y proscripto durante 18 años por los mismos que hoy bombardean desde los medios hegemónicos, los mismos que acuden a los resortes procesitas en la Justicia para frenar los juicios de lesa humanidad, los mismos que protagonizaron el intento de desestabilización económica con la 125, los mismos que operan en la cadena de formación precios para subir la inflación. Los mismos de siempre). Nosotros permaneceremos firmes junto a la Presidenta, y le vamos a poner el cuerpo y sobre todo las ideas al proyecto que ella conduce para lograr esa superación dialéctica.

ROCK EN LA PLATA. Y acá en La Plata también estamos subidos a una misión titánica y en medio de una batalla épica. No de las dimensiones ni con la arborescencia política que implica el desafío del gobierno Nacional. Pero como el proyecto nac&pop se construye en el territorio, recolectando los votos uno a uno y construyendo las bases políticas, ideológicas, teóricas y simbólicas en cada barrio de cada ciudad del país, estableciendo las condiciones para replicar, en cada rincón de la patria, los lineamientos de modelo peronista kirchnerista. Cada ciudad, cada pueblo debe ser la réplica a escala del gobierno Nacional.

Esa idea básica, la de replicar el modelo nacional en la ciudad, es el lineamiento programático fundamental que recogió Guido Carlotto. Luego de dos años de trabajo intenso en pos de sumar voluntades para cohesionar el atomizado espacio kirchnerista de la capital provincial, Carlotto lanzó ayer su candidatura y presentó una lista de concejales sub-40 que representan, con fidelidad, la diversidad del espectro de agrupaciones peronistas-kirchneristas de la ciudad.

La presentación fue puramente kirchnerista: un recital de rock, 3 mil pibes-militantes-potenciales cuadros políticos le sumaron mística y adrenalina, Carlotto tocando junto a La Mancha de Rolando 2 temas (Calavera y Arde la ciudad, con lo que se cerró el show) y un discurso de presentación cargado de simbología K y de contenido político: el espinel va del recuerdo de Néstor y el deber cumplido ("prometimos juntar el kirchnerismo y acá está, a mis costados está lo mejor del kirchnerismo de la ciudad de La Plata", dijo Kibo), la definición como "soladados del Pingüino y de Cristina", hasta la propuesta de betae político "en serio" con el resto de los candidatos platenses incluído al Intendente, así "de paso le conocemos la voz, porque nunca habla de las cosas importantes" dijo, pícaro, el elegido de CFK en la ciudad de las diagonales.

"Ahora sólo tengo una vida /y muchas fichas para jugar/no voy a buscar la salida/yo voy a quedarme acá". La Mancha abrió el show con "Buscar", en sintonía con la búsqueda épica de este espacio que intenta, frente a la estrucura de 700 millones de pesos del presupuesto municipal, recuperar la ciudad para el proyecto que conduce CFK con "lo puesto". "Uno es lo que es y anda siempre con lo puesto", citó a Serrat Carlotto. Nadie, ninguno de los 3 mil militantes que escuchaban abajo, había dudado antes, ni tampoco ahora. "Yo voy a quedarme acá".

Kirchnerismo al palo! Estela, esa luchadora inconmensurable, también estuvo. "Ojalá que los vecinos lo elijan y aquí estoy cuidándolo como mamá que soy, con toda la expectativa", dijo la titular de Abuelas de Plaza de Mayo. Ahí está el kirchnerismo en pleno: compromiso, política, rock, juventud. La tarea es titánica, pero la puerta hacía el cambio de signo de época esta entornada. Carlotto hace fuerza para abrirla, y la Juventud lo empuja para abrirla definitivamente.



miércoles, 6 de julio de 2011

Rock!

Mañana a las 17, Guido Carlotto lanza su candidatura a la intendencia de La Plata y presenta a sus candidatos sub-40 a concejales. La Juventud + Kibo es Rock!

"¿Saben lo que no me perdonan? NO haber renunciado a mis convicciones"

“Tengamos mucha pasión. No perdamos la capacidad transgresora. A mí lo que no me perdona la derecha argentina es haber bajado el cuadro de Videla. ¿Saben lo que no me perdonan? No haber renunciado a mis convicciones. Nos critican precisamente porque no claudicamos.”


Hace 1 año, Néstor Kirchner encabezó un acto para 500 compañeros en el Centro Vasco de La Plata y pronunció esas palabras. El encuentro fue organizado por el senador provincial Guido Carlotto y, claro, Pablo Bruera estuvo ausento porque por ese entonces, Néstor era "piantavotos" según la definición del Jefe comunal.

Hoy, Carlotto es la encarnadura del kirchnerismo en la capital provincial y en su espacio confluyen todos los actores relevantes del kirchnerismo local y, esencialmente, la Juventud. Carlotto tomó como propia la titánica tarea de hilvanar ese puñado de voluntades atomizadas que era el kirchnerismo platense. Y lo logró. Mañana a las 17, con un gran recital en el que tocará La Mancha de Rolando, Kibo lanzará su candidatura y presentará a sus candidatos a concejales (todos sub-40, en un espinel de agrupaciones que van desde La Cámpora al Movimiento Evita) en un contexto kirchnerista al palo: rock, juventud, y esa mística militante que solo los kirchneristas genéticamente testeados podemos imprimirle a cada una de las cosas que hacemos.

Mañana, Kibo es rock. Como nos enseñó Néstor.

domingo, 3 de julio de 2011

Una batalla épica en La Plata con un protagonista K

AL PALO. Guido Carlotto saluda a los 500 militantes que presenciaron el último plenario.

"Cuando hay crecimiento, sustentabilidad económica y estabilidad política la condición de local se fortifica. Así ocurrió en ese 2007 que evocamos cuando vencieron 18 oficialismos provinciales". Mario Wainfeld redondea otro análisis impecable en la edición dominical de Página/12. Explica que en un año electoral como el que atravesamos, las condiciones macro de la actualidad atraviesan y definen el voto. Más coloquial aún: con dinero en los bolsillos, con buenas expectativas en el corto y mediano plazo, sin grandes dificultades en el horizonte el votante, generalmente, renueva su ocnfianza en los oficialismos.

En La Plata, el oficialismo parte en una cómoda pole position. Para el grueso de los ciudadanos de la capital provincial (ay! el ojimetro), Pablo Bruera es un intendente ligado al oficialismo nacional. Las flagrantes oscilaciones políticas, las cavilaciones subterráneas del vecinalista leídas en clave de traición sin retorno hacia adentro del peronismo kirchnerista, no forman parte de la lectura cotidiana de los platenses. Eso se debe a varias cuestiones elementales que hacen a la cotidianidad, pero principalmente a la construcción mediática hegemónica de la ciudad. Por un lado, el emporio comunicacional El Día hace tiempo que viró su política comunicacional hacia el desapego político (sobre todo en la cuestión municipal, pues como contrapartida no ahorró balas para horadar al gobierno Nacional) en pos de no seguir perdiendo lectores: con Gimnasia, Estudiantes y una buena cobertura de policiales, redondea más de 50 mil ventas por día (entre El Día y El Plata). Así las cosas, el centenario diario juega inteligentemente y sólo en estas épocas dispone su artilleria (diarios, revistas, radios...además de su robusto poder de lobby claro) para las batallas electorales, aunque su postura actual sea la de ningunear la situación local: por ideología y por pragmatismo capitalista y financiero, jamás respaldará abiertamente a un candidato kirchnerista. Y según el hilo conceptual de esta columna, Bruera es para el grueso de los platenses (cuidado!, ojímetro reloaded) un intendente cercano a la Presidenta, hoy la gran electora en la capital provincial pues mide 45 puntos.
Además, como consecuencia del crecimiento exponencial de CFK en las encuestas, desde hace varios meses Bruera inició una onerosa campaña publicitaria en el espacio público para "pegarse a la Presidenta" e invisibilizar a sus adversarios.

Así las cosas, hay una dicotomía fulminante en relación a la mirada sobre Bruera: para el espectro político es un jugador vecinalista cuya característica principal es el oportunismo, un kirchnerista de ocasión que llegó a la intendencia con los votos de CFK pero que "traicionó" en las legislativas de 2009 y que, desde ahí hasta hace algunos meses, sólo se preocupó por lanzar extravagantes candidaturas propias en la provincia y de sus delfines en la ciudad, siempre en contraposición al kirchnerismo; por otro lado, lo dicho: la percepción de las gentes de a pie, alejada de la trama fina de la política y más ligada a las positivas sensaciones cotidianas que recibe a través de la marcha de la economía que comanda el gobierno Nacional. Ahí, a falta de 4 meses para las elecciones de octubre, Bruera es un dirigente cercano al oficialismo Nacional.

Finalmente, Bruera fue muy prolijo y cuidadoso en sus apariciones públicas desde 2009. Si bien se afincó en una postura y en un discurso de ruptura política con el Kirchnerismo, esa construcción discursiva era explícita sólo para los habitantes del mundo político y sus seguidores mediáticos. Sin embargo, fue muy ambivalente y laxo para el lector/televidente/oyente de a pie. Inteligencia puesta al servicio de un proyecto unipersonal, desprovisto de anclaje provincial o nacional. Como contrapartida, la gestión municipal no dejaba dudas al enfocar sus esfuerzos en remozar el cento de la ciudad y olvidar la perisferia (¿dónde están los hilos conductores entre lo propuesto y ejecutado a nivel nacional en la búsqueda del equlibrio social y la movilidad ascendente, y lo propuesto y ejecutado por el municipio? Las respuestas no se encontrarán en la gestión bruerista), allí donde NO se forma la "opinión pública" y donde los encuestadores no llaman, simplemente porque no hay teléfonos de línea. Otra pista, a "ojímetro", de la supuesta intención de voto alta que posee el intendente vecinalista.

Resumen: dispositivo mediático hegemónico complaciente + 700 millones de pesos del presupuesto movilizados para construir una imagen aséptica que pueda capitalizarse a la postre con oportunismo electoralista: Bruera sería "kirchnerista" para ciertos sectores de las clases media que conforman la "opinión pública".

EL QUE DA PELEA. En este contexto hay un actor político que asumió la responsabilidad de que La Plata no quede huérfana de kirchnerismo. Guido Carlotto comanda una batalla épica digna de un soldado pletórico de fidelidad, porque decidió cargarse sobre sus espaldas la misión de construir en la capital provincial una opción genuinamente kirchnerista y que, además, sea potable desde los electoral. Es lo que Kibo pactó con Néstor Kirchner allá a medidados de 2009, cuando la "traición" ya se había consumado: recuperar la ciudad para el proyecto nac&pop.

La épica reside en las enormes dificultades con las que chocaba esa voluntad: condiciones estructurales magras (recursos flaquísimos vs. aparato económico municipal) y un espectro político atomizado, sin conducción ni voluntad política expresa para confluir en un solo espacio. Esa épica no puede confundirse ni traducirse como una lucha distópica contra molinos de viento, o irracionalidad o mala lectua o ingenuidad política. Todo lo contrario. No es un sueño sin sustento de un loco suelto, sino que es una construcción política conducida por un actor que es parte del Kirchnerismo desde su inicio en 2003. La heterogeneidad de la procedencia política de las bases de sustención del espacio conducido por Carlotto, aunque con un insoslayable clivaje en la tradición nac&pop, es la mayor fortaleza de su candidatura: habitan ese espacio desde La Cámpora hasta el Movimiento Evita, pasando por históricas agrupaciones de la ciudad como el Ateneo Jauretche y también las más recientes como la Juventud Platense para la Victoria. Es en esta construcción donde abreva la Juventud, ese actor político que es el principal emergente del Kirchnerismo.

La épica, en definitiva, habita en la forma colectiva en que se enfrenta y se vence a las enormes adversidades.

El espacio de Carlotto parece entender y capitalizar el espíritu de época. Ese capital politico y simbólico no lo posee ninguno de los candidatos a la intendencia platense, ni siquiera el oficialismo con la disposición liberada de los 700 millones de pesos del presupuesto municipal. Inclusive es muy difícil replicar en expresiones municipales y hasta provinciales, la mística militante que prevalece a nivel nacional con el Kirchnerismo. Sin embargo, aquello sí está pasando con el kirchnerismo platense de la mano de Carlotto, y la explicación de este fenómeno no puede encontrarse en condiciones materiales, sino en algo que parece romántico pero en verdad es el elemento más potente que puede poseer una construcción política: el convencimiento, la convicción, el ADN militante compartido que es la llave para transformar esa energía insitucionalmente. Es Carlotto quien cataliza esas voluntades y esa simbiosis genética.

Guido Carlotto logró lo que le pidieron: cohesionar a todo el kirchnerismo platense. No fue nada fácil, pero logró sintetizar en su armado todas las voluntades politicas que habitaban, anárquicamente, en el Kirchenrismo local. Eso es una virtud política cara al peronismo: "juntar cabezas". Ahí están, bien juntitas y ordenaditas.

Carlotto está haciendo un curso acelerado de conducción política, en tiempo real y sobre todas las vicisitudes posibles. Había que ver la templanza del hijo de Estela el martes pasado a la noche, al frente de los referentes de todas las agrupaciones que habitan en el espacio que él construyó (con actores de mucho peso específico en la capital provincial y con terminales nacionales como el alakismo, el castagnetismo, el Movimiento Evita, La Cámpora) después de haber hablado con el Chino Zannini y acordar ir directamente a octubre.

Carlotto escucha más de lo que habla. Logró mantener la cohesión de un espacio político cuyo horizonte político se extiende mucho mas allá de agosto y de octubre y sobre el cual la mismisima Presidenta tiene cifradas esperanza: se lo dijo ella misma a Carlotto cuando se reunieron el 19 de mayo pasado, y se lo explicitó Zannini esa noche cuando le dijo "nosotros sabemos que ustedes son el Kirchnerismo". Y se sabe que cuando Zannini dice "nosotros", el plural se reduce a un binomio.

En esa certeza habita subterráneamente el triunfo del kirchnerismo en La Plata. Un triunfo que prescinde de formalidades administrativas y de urgencias típicamente electorales y oportunista. En esa certeza solapada, y en la mística creciente que cada día le aporta la juventud "ultrakirchnerista" (así le dicen alguno ¿no?) a este espacio, se olfatea un triunfo rotundo del Kirchnerismo en la ciudad de la Presidenta. En agosto, en octubre o en 2013, Más temprano que tarde, la rueda de la política signada por el cambio de época, va a pasar por encima de lo construido sobre las individualidades y los egoísmos, y va a depositar a quienes supieron desentramar el clima y las demandas del tiempo histórico en el lugar que merecen. La Plata, de la mano de Guido Carlotto y de la Juventud, parece insertarse de una buena vez en ese paradigma.