jueves, 15 de diciembre de 2011

Petardos y flores: Cristina, Moyano y el proyecto Nac&Pop


*Para La Otra Cara del Patacón y Diagonales.com

http://diagonales.infonews.com/nota-169133-Petardos-y-flores-Moyano-Cristina-y-el-proyecto-NacyPop.html

Moyano ofrece un discurso para tensionar con el Gobierno Nacional en Huracán, rodeado de algunos dirigentes de peso de la CGT (no hago referencia a Julio Piumato en tanto señor de 120 kilos. Todo bien con Piumato, es un buen compañero) y una multitud de camioneros como desafinada banda soporte.

TN, al acecho, transmite en vivo y a sus "zocaleros" no les dan los dedos para tipear los títulos bombas que regala el líder de la CGT. Termina Moyano, con una cita a destiempo de la época histórica y, enseguida, TN pasa a transmitir el acto que está cerrando Cristina en la planta Toyota de Zárate en búsqueda carroñera a la espera de una respuesta brutal por parte de la Presidenta.

Pero Cristina tiene una flor en la mano y señala, a través de una anécdota protagonizada por Néstor y un jóven legislador tucumano, el desarrollo de la política de DD.HH., la búsqueda de Memoria, Verdad y Jusitcia y el progreso integral de una sociedad que, apenas diez años atrás, estaba en estado de shock y con una Nación al borde de la disolución.

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Moyano parece estar encerrado entre la impotencia política y las atávicas forma que toma la tensión en el peronismo.

TN, claro, es más de lo mismo. Ahora, buscando un aliado circunstancial en quien hasta hace poco concentraba las culpas y los excesos por los cuales el país estaría al borde del colapso institucional y de un quiebre profundo en la sociedad por la falta de "consenso". No sería extraño que, desde hoy, para el Grupo Clarín Moyano pase a ser un señor bien, un dirigente víctima de las tropelías del autoritarismo K. Sintonicen sus televisores de tubo o los modernos led tv en TN en estas horas y verán repetidamente la cara de Moyano, aunque ahora sin las adjetivaciones descalificadoras que otrora (es decir, cinco minutos atrás) le propinaban al camionero.

Absolutamente nadie que tenga una pizca de sentido político a la hora del análisis, puede negar la importancia del Movimiento Obrero en la historia del peronismo y también en esta historia viva que es el Kirchnerismo.
Moyano y el MO fueron sujetos esenciales para sostener y afianzar al primer Kirchnerismo: los movimientos sociales, los grupos de DD.HH. y los trabajadores fueron pilares (además de la dirección ideológica, la voluntad política y la fuerza de una gestión apuntada a la recuperación del Estado, el fortalecimiento de la política y la economía como herramientas de soberanía nacional) en donde Kirchner se asentó para remontar la cuesta de la escasa legitimidad popular que el ex presidente riojano legó al bajarse del ballotage de 2003 (la última obra maquiavélica del patilludo que, esa vez, no le salió bien).

Asimismo, la gestión del Gobierno Nacional construyó con su acción condiciones estructurales y ofreció herramientas valiosas para que Moyano afiance su liderazgo porque, esencialmente, se encargó de reparar derechos laborales, consagrar nuevos (las paritarias, por ejemplo) y cambiar el humor social con medidas de fondo y simbólicas (se mezclan el descabezamiento de la Corte menemista y saldar la deuda con el FMI con los cuadros abajo y el aliento del mercado interno).

La ampliación de ciudadanía, la consolidación de mejoras notables en el mundo del trabajo (se crearon cinco millones nuevos puestos de trabajo) fueron elementos que el camionero capitalizó para su crecimiento, el de su gremio y también de la CGT.

Moyano bancó en la disputa política por la resolución 125, como también peleó en los noventa contra la avanzada neoliberal sobre los derechos de los trabajadores (fue uno de los fundadores y principal impulsor del Movimiento de los Trabajadores Argentinos –MTA-).

Moyano no es ni Barrionuevo ni Venegas. No lo es por historia ni por praxis pero, a veces, parece empeñado en repetir prácticas ligadas a intereses sectoriales. El discurso de esta tarde en Huracán puede leerse como un reto a la conducción política de CFK, o como un intento por condicionar a una Presidenta y a un ciclo de gobierno (los ocho años porque, otro error de hoy de Moyano es intentar separar entre Néstor y Cristina cuando en realidad ambos conforman indisolublemente un sólo proyecto) que produjo la más espectacular transformación del mundo del trabajo desde 1955 hasta acá: la pauperización de las estructuras, el avance sobre los derechos de los trabajadores (flexibilización, ponele), las condiciones macroeconomicas, las del mercado interno y el relacionamiento exterior fueron revertidas en un lapso corto.

En realidad, podría ser una forma de tensar para negociar.

Moyano tiene enormes méritos en esa recuperación: por la lucha en los noventa y por acompañar a este proyecto como columna vertebral. Pero existe una flagrante miopía política si lo que pretende ahora es condicionar la conducción.

Por historia y por coyuntura, Moyano estaría incursionando en un terreno demasiado pedregoso que reavivaría tensiones internas que, en el pasado, fueron aprovechadas  y exaltadas por los enemigos (los dueños del poder económico concentrado, siempre atentos a las demandas de la Embajada y de los mercados financieros) para disolver el movimiento nacional. Movimiento que está claro, por la historia del peronismo y la historia viva que es el Kirchnerismo, se reserva la conducción para la política y para el "dueño" de los votos (herramienta esencial y ordenadora dentro del peronismo).

Quizás por eso, Moyano deja sus cargos en el PJ y juguetea con la disparatada idea de recomponer el peronismo. ¿Acaso no está claro el ordenamiento político e ideológico del peronismo? ¿Acaso ese ordenamiento no tiene una umbilicación profunda con el mandato popular? ¿Acaso ese ordenamiento no produjo el crecimiento y la inclusión más grande que ningún proyecto político haya logrado desde los gobiernos de Juan Perón? ¿Acaso ese ordenamiento no es respetado y sostenido por intendentes y gobernadores? ¿Acaso ese ordenamiento no generó un acompañamiento masivo de una nueva generación de militantes? ¿Acaso este ordenamiento no logró terminar la ambigüedad histórica con que los poderes reales se habían adueñado del peronismo para convertirlo en su herramienta electoral bajo la estupidez monumental de que el peronismo es muy amplio?

El peronismo es muy amplio en su convocatoria, en su capacidad para atravesar el arco político, en su policlasismo, en sus doctrinas (dicho sea de paso, Néstor y Cristina nos brindaron una actualización doctrinaria impresionante) pero no es amplio en sus principios: el Kirchnerismo demostró que peronismo es no ser neutral, es defender la soberanía política y la independencia económica inclusive si ello incluye batallar ante corporaciones trasnacionales que se piensan dueñas del país. Peronismo son los DD.HH. y la búsqueda incansables de Memoria, Verdad y Justicia aunque enfrente de eso esté el Grupo hegemónico de medios más poderoso del país, por ejemplo.

El peronismo, y el Kirchnerismo lo demuestra, se basa en atender las demandas latentes de todos los grupos que conforman la sociedad corriendo el límite de lo posible, ampliando derechos, modificando estructuras, creando institucionalidad. Lo contrario de eso, no es peronismo. Lo contrario es lo corporativo.

Entonces, ¿de qué peronismo habla Moyano cuando se baja de este peronismo? Porque si bien el líder sindical se baja de la estructura partidaria, lo que dice cuando calla es que lo que no comparte es el rumbo coyuntural del peronismo guiado por el Kirchnerismo.

La relación entre el Kirchnerismo y Moyano conforma una alianza estratégica asentada en la compresión del tiempo histórico: Néstor kirchner lo entendió y ejecutó a la perfección. Claro que los procesos históricos mutan, cambian, crecen, se desarrollan. O no. Puede ser todo lo contrario.

 En la búsqueda de esa evolución dialéctica, loas actores se renuevan, las demandas se complejizan y la búsqueda para satisfacerlas y hasta la creación de instrumentos para estar por delante de esas demandas se vuelven imprescindibles. Si Moyano pide la suba del mínimo no imponible (que afectaría a un grupo minoritario de trabajadores) en vez de vociferar propuestas para lograr incorporar al mundo formal a los millones de trabajadores que aún permanecen en la informalidad ¿está acompañando el espíritu de época? Si Moyano cruza a la Presidenta en un acto sectorial, ¿forma parte de un proyecto colectivo que pretende conducir a la sociedad hacia el desarrollo y la inclusión? La respuesta a esas preguntas es el comportamiento y la praxis que Moyano tuvo desde 2003 a esta parte.

Moyano pretendió evidenciar fortaleza rodeado de un universo sectorial. El mundo de trabajo es inmensamente más amplio y hoy no necesita los petardos que encendió Hugo. Necesita sí sensatez, sensibilidad y comprensión histórica. Necesita del trabajo colectivo y de la belleza (como la de la flor que mostró CFK en el acto de Zárate) que representa la articulación entre los diferentes sectores y actores. Un luchador como Moyano debería tener sintonía fina con Cristina, que es lo mismo que estar al lado de un proyecto político refrendado en las urnas por más de once millones de compatriotas. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con tu evaluación del tema "Día de los Camioneros" que - quizá no lo han advertido - no son los únicos tipos que laburan en este país ni los que están en peores condiciones, con la menor cantidad de derechos ó remuneraciones.

Hugo Moyano, con los méritos que nadie puede discutirle, aparenta adolecer de pésima memoria. Aún no han transcurrido 10 años de esa trágica despedida en helicóptero de aquél presidente de un país destruido, agotado, deprimido, sin presente ni futuro.

Los "sindicalistas" que le han manifestado su apoyo, el Momo y el cónyuge de la boxeadora, no hacen más que amplificar el chirrido desafinado e inoportuno de su arenga.

Un poco de memoria y una pizca de sentido común, LEALTAD Y MILITANCIA podían haberle evitado, al país y a quienes apoyan a este movimiento realmente nacional y popular, el primero en más de 50 años, un momento de gran desilución.

Saludos
Tilo, 70 años

subCOM dijo...

Muy buen análisis, compañero. La decisión táctica de Moyano parece desacertada, pero en realidad responde a una actitud corporativa y sectorial que sesga su lectura del tiempo histórico. Debe haber algo de interés personal también.
Hugo termina siendo algo así como el resultado de la multiplicación entre Llambias y Duhalde. Por el primero: un dirigente sectorial que transita altos niveles de exposición y se considera capaz de poner en jaque la gobernabilidad. Por el segundo, un dirigente político que ve como el gobierno va erosionando su base de sustentación (asentada sobre el corporativismo y el oscurantismo) y escoge la apelación al "peronismo verdadero" para plantar su disidencia.
Después los votos hablaran, como ya hablaron.
Ahora bien, como se ha dicho, Moyano no es el movimiento obrero. Lo representó con dignidad frente al neoliberalismo y fue pieza clave en nuestro Proyecto. El compañero considera que llego su tiempo. Yo creo que su tiempo ha pasado.

La otra cara del Patacón dijo...

Gracias Tilo, siempre apuntando y colaborando con los comentarios.

SubCom, Moyano pensará que pude ser el conductor de un partido de los trabajadores?

Saludos!