Ahora y siempre: Hebe

La figura descomunal, incomensurable antropomorfizada en ese rostro ajado y en ese cuerpo que es el cuerpo de mi abuela también. Es una madre de todos los tiempos, es una madre de todas las batallas, es una madre de todas las alegrías y de todas las desgracias, también. Es la madre de la convicción y de los cojones.
Es tan grande y tan potente que cataliza...y emociona. Es tan grande y tan potente que la redacción se paraliza, silencio sagrado para escuharla aún de parte esos gorilas irremediables que, vestidos de periodistas, destilan tilinguería a cada paso. Es tan grande y tan potente que impone respeto, pero es tan grande y tan potente...y tan querible y dulce que el olor de mi abuela me invade mientras la escucho y mis compañeros, allá en la facu, lloran emocionados.
Tan grande, tan potente es Hebe que la figura de Víctor Hugo y su voz engolada y su retórica simétrica y en tiempo y pulcra y siempre tan profunda porque está repleta de ideas, esta vez queda en segundo plano.
Ahí está Hebe, en la facultad de periodismo. Al margen de la táctica política y de quien se queda con la plusvalía de hechos como este, al margen de las dicotomías falsas y rancias que impone el sistema de medios opositores...a pesar de todo aquello, de los tilingos y la tilinguería, lo cierto es que lo más genuino de ayer es el respaldo que los militantes y los jóvenes expresan. Ante el ataque sistemático, descarnado, burdo, oportunista de los dueños del capital concentrado sintetizado en la prensa hegemónica, nosotros blindamos a Hebe. La acurrucamos entre nosotros, como si ella no fuera una gigante, una luchadora inexpugnable. La acurrucamos igual. Le avisamos, al que quiera saberlo, que si la van a atacar con munición gruesa, pues nosotros vamos a defenderla con el cuerpo, la mente y el corazón.
Ahora, y siempre!