El tema es que algo va a quedar. Algo es muy abstracto, muy NADA en realidad. Pero ponele; imaginate un escenario distópico: la social democracia (Binner o Ricardito) o la derecha pre-peronista (Duhalde o Macri) o el progresísmico verde bactereológico (Pinus y su tropa de troskitos cumpas) ganan...ponele, ya se que ahora parece difícil (Artemio, la otra vez en TN, la gastó: dice que Cristina, ahora, gana en primera vuelta; Caparrós a su lado, enarca la ceja como buen progre-derechoso y lanza un veredicto salomónico, un pensamiento bien sofisticado: "pero falta mucho loco"; Artemio, palabras más o menos, le retruca: si claro, ¿vos decís que puede seguir mejorando (CFK)? Jajaja Se le caga de risa en la cara. Peronismo en PrimeTime! Grosso Artemio) se imponen en la contienda electoral de 2011 y, más inmediatamente que tarde, comienzan a desmontar el frondoso bosque de derechos y garantías que el Kirchnerismo (que está naciendo ahora, gil!) supo hacer crecer (los socialdemócratas por convicción ideológica; los pre-peronistas por su praxis conservadora del status quo y los verdes progresistas por imperio de la necesidad de supervivencia). Ponele que es así y que, además, la segura protesta social que esto acarrearía es contenida (reprimida) con éxito.
Pero hay algo que no se puede reprimir con balas ni gases, ni tampoco se desmonta con jugosos ofrecimientos burcráticos: la ocupación de espacios que estaban vacíos en el orden de lo conceptual, de lo simbólico, de lo político, de lo cultural y de lo práctico. Es el símbolo de las conciencias (Laclau).
Es lo que está pasando hace unos años: la formación de cuadros políticos y técnicos forjados en una lógica naK&pop. Y eso queda, vieja. Porque si desmontan, siempre van a haber rondando por ahi, tipos que ya estaban en la gestión y se pudieron acomodar y otros que se incorporarán en los niveles de base y en los sectores medios y van a ser un grano en el culo. Por aquello del símbolo de las conciencias, que también opera en la clase dirigente. Florecerán, entonces, las demandas de las bases y el ADN K en los dirigentes que se formaron en estos tiempos turbulentos aunque felices, y en los que trabajando al lado de Kirchner adquirieron las mañas (la del poder del dinero para enfrentar a los dueños atávicos del dinero) para la liberación.
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