En el atardecer del domingo 10 de noviembre del 63 José
María Gatica, saliendo del estadio de Independiente de Avellaneda, fue
atropellado por un colectivo. El popular "Mono", boxeador y símbolo del deporte
peronista, cayó bajo las ruedas y murió en el Hospital Fiorito el martes 12.
Tenía 38 años.
Gatica, al que no le gustaba el apodo impuesto, había nacido
el 25 de mayo de 1925 en Villa Mercedes, San Luis. "Yo nací en el Día de
la Patria", decía siempre. Sus padres se trasladaron a la Capital Federal
cuando él era niño. Su mamá se empleó como sirvienta y su hijo se formó en la
calle siendo "canillita".
El poeta Alfredo Carlino, ensayista y militante de la cultura
peronista, en una evocación del boxeador que se hizo amigo del General Perón,
escribió alguna vez: "Lo que no te perdonan son tus sucios pies de
canillita". Carlino, admirador del "Mono", fue boxeador amateur.
Los Gatica vivían en Constitución. A los 14 años José María,
lustrabotas, ya era un llamativo "peleador callejero". El escritor
Jorge Montes, crítico cinematográfico durante 40 años, lo trató y trazó su
perfil en un libro sobre el boxeador, peso liviano e ídolo de la tribuna
popular en recordadas noches del Luna Park.
"En las buenas, entre 1949 y 1952, Gatica llegó a
regalar hasta 30 trajes a sus amigos más cercanos. Los llevaba a los mejores
restaurantes de Buenos Aires. También les regalaba zapatos a los que menos
tenían y lo seguían a él en sus jornadas boxísticas memorables", contó.
"Uno de ellos, el `Rusito` (Emilio Samuel Palanké),
cuando tuvo a su padre muy enfermo y dificultades para la internación, comentó
que el ídolo pagó la habitación individual en el Hospital Israelita mientras
duró la convalescencia. Cuando Gatica se quedó en la calle, Emilio bancaba al
ídolo", cuenta la leyenda.
Como amateur José María Gatica representó al Club Barracas
Central. Debutó el 7/12/45 noqueando a Leopoldo Mayorano en el primer round.
Habían pasado 51 días de la gesta del 17 de octubre, para muchos el "hongo
de la historia" política del país.
A los 21 años era boxeador profesional. El 31/8/46 Gatica le
ganó por puntos al gran rival Alfredo Prada, rosarino y luego campeón. En su
libro "Historia política del deporte argentino", el dirigente
justicialista del deporte, Víctor Lupo, describe "un combate callejero,
donde el estilo agresivo de ambos signó la rivalidad para siempre",
subraya el historiador tucumano.
El gran Pascualito Pérez, contemporáneo de Gatica,
representante en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, llegó más lejos. Los
dos, junto a Justo Suárez (popular "Torito de Mataderos") resultaron
los tres grandes ídolos del boxeo argentino durante 20 años. Entre los 40 y 50.
El duelo con Prada terminó 2 a 2. Ganaron una cada uno
asimismo en el campo amateur. Una de las más recordadas peleas resultó la del 12/4/47, en
un estadio Luna Park con más de 22 mil espectadores -en el 65 Oscar Bonavena y
Gregorio Goyo Peralta, repitieron una concurrencia similar-, Gatica terminó con
la mandíbula fracturada.
Otro historiador ligado a la cultura popular como Pablo
Hernández "pintó" el duelo de los boxeadores llevado al terreno
político. La platea "muy antiperonista a fines de los 40 e inicio de los
50 estaba con Prada", escribió. "Y la tribuna popular muy peronista,
idolatraba a Gatica".
"Lo curioso es que el campeón argentino, Alfredo Prada,
también era peronista. Y, como el Mono, amigo de Perón", sostiene Lupo,
autor con Horacio Del Prado de "Cien ídolos porteños".
Gatica sostuvo 95 combates entre 1945 y 1956. Ganó 85, de
los cuales 81 fueron por nocaut.
Empató dos, perdió siete y uno terminó sin decisión. La
última con Prada fue el 16/9/53 y el Mono perdió por nocaut en la sexta vuelta.
Empezaba su decadencia como boxeador.
El recuerdo remite al ex presidente de la Nación, Juan
Domingo Perón -amante del boxeo y de la esgrima cuando cursaba la carrera
militar- ubicado en el "ring side" teniendo a su lado al gobernador
bonaerense, Carlos Aloé. Los especialistas en boxeo señalan que fue la mayor
concurrencia en estadio cerrado. El Luna Park albergó a 24.500 espectadores y
los historiadores describieron que afuera habían quedado unos cinco mil
seguidores en los bares y confiterías del Bajo.
La tarde del accidente Gatica no estaba bien. Sin querer,
quiso vender muñequitos de Independiente en la tribuna visitante. La gente de
River -memorable partido ganado por el Rojo 2 a 1 en virtual definición del
campeonato-, con afecto, le explicaba que debía ir a la otra tribuna.
"Triste, solitario y final", inolvidable título de
Osvaldo Soriano diez años más tarde para su novela, dejó a Gatica debajo de un
colectivo de línea en el sur del conurbano. En el 56 le dedicó uno de sus
últimos triunfos a Perón, exiliado en Panamá. Gatica no estaba muy al tanto de las prohibiciones del
tristemente célebre Decreto Ley 4161 "inhibiendo a toda la cultura
peronista", comentó Alfredo Carlino hace un tiempo. Uno de los
funcionarios de la "Revolución Libertadora" lo indagó a José María
Gatica, llevado al cine por el talento de Leonardo Favio y el oficio de Edgardo
Nieva.
1 comentario:
Muy buenooooooo!!!!!!!!
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