lunes, 13 de diciembre de 2010

OTRA VUELTA

By SANDÍA
Justo antes de que terminara el programa llegó un rasta, macanudo y pincharrata(del programa que sigue). Yo estaba triste porque D’elía nunca atendió el teléfono. Me convidó con un vino que destapó con un cuchillo de plástico. Fue lo único que encontró luego de preguntarme si por casualidad llevaba conmigo un sacacorchos. Luego me invitó a dar un paseo por la terraza de Universidad. Desde ahí todo se ve distinto. Había ido, más que a hacer el programa, a ver el partido, me confesó. Yo me quedé también, pero a ver solo el primer tiempo.


El clima, al principio, amagó con desaliento. Pará Velez!

Para el segundo, pedaleé solo unas cuadras hasta La Colonial ahí en 4 y 60. Bar pincha si los hay. Un lindo lugar para salir campeón. Misteriosamente cuando llegué, sólo había cuatro personas además del dueño que estaba acodado en la barra, la moza que estaba detrás y la señora de la caja. Junté lo que tenía y me alcanzó para un café. Éramos siete mirando el partido. Dos pinchas cincuentones sentados en una mesa pegada a la barra (Tangorra y un amigo). Al lado de la ventana, un solitario (como yo) que estaba frente a un vino y una soda desde hacía un buen rato (al juzgar por la coloración rojiza de su nariz). Yo estaba atrás, también pegado a la ventana. Casi todos pinchas. La señora de la caja, a la hora de los brindis confesaría ser de boca. El solitario, de river; y resultó conocer a mi viejo y me repetiría 14 veces lo mucho que lo admiraba en los años de estudio. Un loco lindo que se comportó como un gran simpatizante de estudiantes y hasta se pagaría la segunda vuelta para todos. Folclores.

-Uuuuhhhh!!!! Enzito querido, largala antes!-
Contraataque.
-Pisale los cordones!-
Disparo de media distancia. Pausa, silencio. Expectación. Hasta que en una de esas confusiones de área chica llegó el gol a las gargantas, que explotaron en gritos que atravesaban la ciudad.

-Son campeones ya!- disparó ansioso el de river, entre el vino y la soda.
-Paraaaa, que los muertos se cortan fríos- arrojó Tangorra, fogoneando el folclore.

Yo reía, viendo la escena. Todavía me duraba el paseo por la terraza.
El aire, poco a poco, se fue cargando de colores hasta que un cabezazo imposible, casi de espaldas al arco a dos minutos del final, nos regaló una sensación extra terrenal. Llenamos La Colonial de abrazos y gritos. Siete corazones y…

-Una vuelta para todos, yo la pago ¿Tenés champagne?- preguntó Tangorra emocionado.
Finalmente brindamos con un vino espumante porque en la colonial champagne no había.
-¡Felicidades!-
-¡Vamo estudiante!-
-Salú!-
-¿Vos pibe, a qué te dedicás?-
-Yo laburo y estoy en un programa de radio acá en universidad-
-¿En la FM?
-Sí-
-Yo estoy en la AM. Leo las noticias-
-¿A vos te decían Tanguito?- preguntó el dueño de casa, desde la barra.
-Sí, por mi apellido. Es Tangorra-
- Yo soy ingeniero forestal- avisó el de river, por las dudas (¿?).
-Ah mirá, mi viejo también- le conté.

La conversación siguió después porque en ese momento sonó el celular del amigo de Tangorra, que atendió exultante, eufórico.

-Anibal!!!!! Anibal querido!!!; sí, estamos acá llorisqueando con Tangorra. Te manda saludos… otra vuelta más carajo. Qué lindo que es ser de estudiantes!!!-
-Eso, otra vuelta más carajo. Pero esta vez la pago yo- sentenció el forestal, que estaba tan contento como el resto -otro espumante, ¿no muchachos?-
-Era el último- se disculpó la cajera –me queda una sidra-
-¿Una sidra? Ni en pedo!- protestó -¿un wihsky?- propuso.
-Nooo, pará loco. Yo mañana tengo que leer las noticias- avisó Tangorra. Reímos.
-Bueno está bien. Lo hago por ustedes- y pintó una Victoria que nos regaló un brindis más, muchos abrazos, una copa, otra vuelta y ahora sí… todos pinchas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos los pinchas carajo!!!

Juan Carlos Ingle dijo...

me encantó Fran---

gracias!

pampa dijo...

Una alegria más para el Pueblo Pincharata....
Que grande Fran el relato!!