Desde la llegada del contigente de notables cronistas de luxe, las noticias llegan tamizadas con una letanía quejosa, al tiempo que twittean como adolescentes en Bariloche las ocurrencias del Bambino o lo que están comiendo o lo que están haciendo en sus ratos libres o...
La cuestión es que ayer, varias de las celebrities del periodismo deportivo argento estaban enardecidos porque a la primera conferencia de prensa obligatoria (según las normas FIFA) asistieron Martín Demichelis y ¡Diego Pozo! Mamita, había que leer los twitteos cargados de irritación de estos colegas for export porque Pozo fue uno de los 2 jugadores que asistieron (como en la primera conferencia en Alemania 2006, fueron el 1 y 2 de la lista de buena fe: en Sudáfrica son Pozo y Demichelis).
¡Pozo! Poooozzoooooo. Claro, parece que el bueno de Dieguito no está a la altura de tan encumbrados señores periodistas..alguno llegó a twittear que lo que diga Pozo no le interesa a nadie!
Es una buena pintura de lo que es el periodismo deportivo argento: los periodistas están afectados por un vedettismo insoportable; presuponen que están a la altura de los protagonistas y deben contar los hechos desde un lugar central, como si tuviera la misma dimensión lo que pasa, como se cuenta y quien lo cuenta. Además, están cada vez más atrapados en las lógicas empresariales y en la preocupación por ser la nave insignia de sus respectivos medios: así, terminan por autodestruirse en la batalla por ser el empleado del mes.
Algunas de esas figuritas encarnan a la perfección el rol que las corporaciones mediáticas pergreñaron y ejecutaron para sus empleados y que Heidegger nos explicó en aquello del sujeto de la existencia inauténtica: uno no piensa, sino que es pensado; uno no lee, sino que es leído; uno no mira, sino que es mirado. Así, entonces, estos figurones ramplones se encargan desde las pantallas High Definition o desde el papel apropiado con singular crapulencia de tergiversar, enmarañar, de editorializar furtivamente y de construir una realidad que, a esta altura, está revestida de una obviedad fulminante.
Por eso, no extraña que les parezca que lo que diga Pozo no le interesa a nadie. Porque ellos están enmarañados en un submundo inauténtico; enmarañados en esa falsedad que crearon. Ellos se creen el ombligo del universo y yo pienso cuantos de nosotros estaríamos felices de hacerle una entrevista a Pozo, de preocuparnos en buscarle la vuelta para agregarle relevancia e interés a una nota con uno de los 23 seleccionados por Maradona, para hacer un relato interesante para el público; digo: en Santa Fe, ¿no le interesa a nadie lo que diga su representante en el Mundial de Sudáfrica? ¿no tiene nada interesante para contar un tipo que desde casi la nada está compartiendo espacio con algunas de las grandes figuras del firmamento futbolístico? ¿no convive íntimamente Pozo en ese reducto inaccesible que es el búnker de la Selección? Y ya que estos periodistas dicen estar en todos los detalles ¿no es un interlocutor válido el arquero de Colón para ilustrar acerca de la rebelde pelota que se utilizará en la competencia, tema por el que todos los arqueros están como locos? Sobre todo teniendo en cuenta que es la pelota con la que se jugó en Argentina en el último semestre y Pozo ya la comprobó.
Pero no, Pozo no está a la altura de los figurones ramplones.
Hay que salir del agujero interior, muchachos.
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