Que la sigan chupando

La condición popular de Maradona fue siempre un blanco móvil de críticas desmesuradas. Claro, Diego contribuía mucho con su incontinencia desaforada.
Que la chupen y que la sigan chupando. “La tenés adentro”, para el siniestro Toti Pasman (no le tembló el pulso, al portavoz empresarial, para tergiversar radicalmente una afirmación crítica de Verón y convertirla en una bomba nuclear para arrojársela a Maradona en plena conferencia de prensa).
Ayer, Maradona completó un apoteótico disloque, una bravata, una bravuconería. Sí, se zarpó. Pero también le pegó una linda trompada a la cofradía corporativa periodística argenta, vocera de intereses patronales. Esta vez, Maradona no contó con el apoyo de la mayoría de los periodistas. Por el contrario, sufrió embates que excedían, con estrépito, la crítica futbolística (merecida, en este caso) y fisgoneaban, con cinismo, en el ámbito privado.
Entonces los carroñeros profesionales esperaron con orgiástica avidez la oportunidad de destripar al ídolo popular.
Así fue que, una vez conquistado el objetivo (cumplir con las metas = éxito) Diego vomitó, con naturalidad de barrio, con espontaneidad inquietante, con desconsideración contextual, enajenándose de su cargo: que la chupen, y la sigan chupando.
Diego le ofreció en bandeja a los detractores crónicos, la chance de manipular la conyuntura para que le peguen con su propio palo.
Así lo fustigaron, con rudeza clasista, con los clichés corporativos, con el gorilismo latente: las formas destituyentes se me hacen abominables, vomitivas, siniestras. Por eso, estoy del lado de Maradona.
Sí, otra vez aparece en la sociedad una disfunción antagónica, polarizada claramente por dos posiciones.
La producción de sentido más derechosa, la que blande las banderas de la desideologización y de los consensos chatos plenos de vacuidad, la que huye de las discusiones candentes, objetará esta nueva antítesis. Pero es real. Acaba de consolidarse frente a nosotros. Y tendrá 8 meses de amplio desarrollo: desestabilizadores endémicos vs. Apoyo crítico.
Autocrítica interna, replanteo general, trabajo exhaustivo, afirmación de metodologías, sintonía en las relaciones humanas. Todo eso en dósis generosas. Apuesto a todo aquello y a Maradona. Apuesto a la construcción de este proyecto.