Diario Tiempo Argentino fue el que logró la síntesis más fiel de lo que significó Videla en la historia argentina: el título describe "murió en la cárcel", destacando implícitamente la política de Memoria, Verdad y Justicia establecida con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia. En ese mismo sentido, en la bajada refleja las oscilaciones del Estado en relación a los crímenes de lesa humanidad cometidos en la dictadura cívico militar 1976-83, al remarcar el juicio a las juntas durante el alfonsinismo, el perdón del menemismo y la condena que recibió en 2008 por el plan sistemático de robos de bebés.
La misma bajada se encarga de resaltar el impacto social y económico de la dictadura que encabezó Videla. Con las fotos (4) que utilizó, Tiempo subraya el carácter cívico-militar de la dictadura, evidenciando el vínculo con grupos económicos y con sectores de la jerarquía eclesiástica.
Clarín entra en una contradicción histórica con su tapa, ya que se ocupa de pegarle al responsable político y operativo del plan de extermino que, en los años más crudos, se encargó de proteger y presentar como una cruzada contra "enemigos de la patria".
En los setenta era el "excelentísimo presidente", y ahora es "el símbolo de la dictadura militar".
Parece una obviedad, pero la expresión "dictadura militar" que pone en tapa, sumada al "se adueñó del poder al derrocar con un golpe..." terminan por configurar un sentido de autoprotección por omisión. Videla pasa a ser un chivo expiatorio: "se adueñó de poder", es una expresión que descarga toda la responsabilidad en una sola persona (Videla) omitiendo que la dictadura fue una asociación cívico-militar planeada estratégicamente para exterminar física, social, cultural y económicamente las expresiones de un modelo de país inclusivo e igualitario.
La foto que utiliza el "Gran Diario" está cargada de simbolismo : la mirada en plano detalle, omitiendo el gesto integral de esa cara y el contexto en el que se obtuvo la foto (en el banquillo de los acusados por delitos de lesa humanidad), devuelve a un abuelito indefenso y pidiendo piedad. Una foto que no encaja con lo declarado por Videla en los juicios: ni un ápice de arrepentimiento. Videla se llevó a la tumba información vital para encontrar a los 400 nietos que faltan, por ejemplo. Información que podría traer algo de reparación a miles de familias que sufrieron el terrorismo de Estado. Clarín, con ese plano detalle de la mirada de Videla EN LA TAPA, omite todo esto.
La Nación también utiliza como foto principal una que refleja a un señor mayor indefenso. El centenario matutino expresa en la bajada que "fue acusado y condenado como autor de delitos de lesa humanidad". Una verdad estricta, que evita bajo esa forma pronunciarse de forma explícita. No se utiliza la expresión "fue responsable". "Símbolo de la dictadura", es el rótulo elegido. Un rótulo a todas luces aséptico, ya que "dictadura" está utilizado allí como una caracterización clásica de la teoría política , en tanto concentración del poder y avasallamiento de las instituciones y los nichos democráticos, logrado a través de un golpe de las Fuerzas Armadas. Esa caracterización toma volumen con un complemento: el artículo (sin firma) que acompaña a la nota principal de tapa. "Del poder sin límites al final en una cárcel", se titula y persiste en la teoría de los dos demonios y se presenta a Videla como "padre de siete hijos, era un hombre introvertido, meticuloso, con acreditada fama de honorabilidad" y "austero", que fue víctima de las internas de las FFAA.
Menos sutíl es el título de tapa de diario El Día: "Murió el símbolo de un tragedia argentina". La teoría de los dos demonios explícita, o un editor con pocas luces. Teniendo en cuenta la historia del centenario diario platense, nos volcamos por la primera opción. Habla de "condenas impuestas" (sutileza semántica que cuestionan la legitimidad de los procesos en lo que son condenados los genocidas). En la volanta del título: "Videla, sinónimos de terrorismo de Estado", suscribe a la línea editorial de Clarín y La Nación, reduciendo la responsabilidad a un tipo (Videla) y/o a los militares locos. ¿Y Boston?
Para finalizar, una pieza memorable (en términos distópicos, claro) del despreciable pasquín bahiense La Nueva Provincia, un diario explícitamente procesista. En una nota secundaria de tapa, titula: "A los 87 años falleció el expresidente Jorge Videla". No más preguntas, su Señoría.
Página/12 clavó una tapa fiel a su historia. Con un recurso gráfico y un juego de palabras que ocupan toda la tapa, expresa una línea editorial consecuente con la historia del diario.
Perfil lo presenta como el diablo: foto primerísimo primer plano, gesto duro del genocida fallecido, y un retoque para que sus ojos aparezcan inyectados en rojo sangre. El epígrafe de la foto ahonda en ese sentido: "Nunca se arrepintió". Pero el título es ¿ambiguo?: "Murió el peor pasado". Será una especie de "dejemos el pasado atrás"? Porque claramente, la dictadura es parte del pasado, pero sus consecuencias se proyectan al presente y, para construir el futuro, es necesario cerrar heridas solamente con la profundización de la Memoria, Verdad y Justicia.
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