martes, 16 de agosto de 2011

El prendedor de Néstor

"Ese hizo mucho".

Esa frase podría sintetizar el resultado de las elecciones primarias del domingo pasado, porque "ese" que también es "él", es la síntesis del Kirchnerismo.
"Ese", o "él", está claro que son pronombres de Néstor Kirchner; y la frase que encabeza el posteo me la dijo recién, todavía me estoy secando las gotas de lluvia, uno de los empleados de la carniceria de la esquina de mi casa acá en La Plata.

LA ESCENA. 9 de la noche.La húmedad y la llovizna platense se hacen molestas cuando intento cruzar diagonal 80 para entrar en la carnicería que, claro, está a punto de cerrar: el mostrador-heladera semi vacío, los pibes acomodando todo para cerrar, el dueño del local mirando el partido de River en un LCD 42 pulgadas que está allá, en la otra punta del amplio salón.
- 2 pechugas de pollo, le pido a uno de los carniceros.
Al margen de la habitual amabilidad con que suelen atender los pibes, noto cierta indiferencia mientras el muchacho que me atiende se estira para sacar los últimos matambres que quedan en el mostrador. Más, llego a pensar que no me escuchó o que se hacía el boludo, molesto por atender a un desubicado que va a comprar a cualquier hora.
Todavía con los matambres en la mano, el chavón se incorpora y me mira fijo. -Que buen prendedor que tenés, me interpela casi susurrando. Vacilé un instante, pero enseguida entendí: me miro el pecho y arriba del corazón, sobre la campera negra que llevaba, tengo el prendedor de Néstor que compré en la Plaza, el 27. Reluciente como un estandarte, como un botón identitario. - Un grosso, fue toda mi respuesta.

-Ese hizo mucho por todos pero hay algunos que no se dan cuenta, me tira otro centro que esta vez no dejo pasar. La engancho de volea y la clavo al ángulo: -Pero vamos a tener tiempo para demostraselo a los pocos que faltan, con lo del domingo tenemos 4 años más. -Acá tiran por Macri. No lo quieren, me dice todavía susurrando, enarcando las cejas y con un leve movimiento de cabeza hacia el costado, como señalando al dueño que, ajeno al intercambio compañero, todavía mira el partido.  El chavón se va para la cocina y entre la cortina veo como susurra con otro compañero, reiterando lo de las cejas y la cabeza, pero esta vez señalándome a mí. De repente salen de entre la cortina, fugaz, la mano y los dedos en V y una sonrisa que se dibuja en un rostro más ajado y morocho que el de nuestro anterior interlocutor. Todo, con el recato y la sagacidad de quien se sabe en terreno visitante, o quien hace una picardía de espaldas al patrón.

La carnicería de diagonal 80 entre 5 y 49, es una muestra de ese universo paralelo que es diagonal 80 (que describimos en un posteo anterior y que recogió el diario Diagonales en esta contratapa): ubicada al lado de un local donde se consiguen medias y ropa interior a precios bien populares y que parece una extensión de la feria paraguaya que funciona en las afueras de la ciudad, esta carnicería-rotisería reluce por su amplio local, frente vidriado y ploteado, súper límpio y bien atendido por no menos de 6 empleados todos ataviados con las remeras y delantales y bandanas con los colores y la marca del negocio. Todos los días, el local rebalsa de clientes que llevan carne y pollo asados ahi mismo en la parrila, o las variadas versiones de menúes ejecutivos que llevan los oficinistas que trabajan en la zona (reparticiones públicas, la caja de polícia, migraciones...) y que arman a piacere, con el morfi fresquito y humeante. Y la carnicería, claro, acá en la otra punta del local. Todo a precios no tan populares como el de las medias que se consiguen al lado.
La caja siempre es atendida por uno de los dueños.

El muchacho regresa desde la trastienda de la carnicería, sonriente y brillando sus ojos marrones. - Que buen prendedor, insiste. Que grande el Néstor, agrega. Si podés, conseguime uno. Yo te lo pago, más vale, casi que me suplica. Entonces, lo miro al pibe y tanteo el prendedor. Recuerdo el 27, los susurros y los ojos rojos y el dolor y la alegría colectiva que por momentos aparecía. Y veo, entonces, en esos muchachos y en el dueño macrista una síntesis: el pibe está contento, es un laburador, cree en su país y en el gobierno que tiene. El dueño puteará y no nos querrá, pero al fin del día tiene la tranquilidad de un negocio en marcha, que prospera y que da trabajo a 6 o 7 personas. Es lo que viene, pero ahora. Es la institucionalización de nuestro modelo y la unidad. Vamos por eso.

El prendedor, a esta altura, descansa en otro corazón tan kirchnerista como el mío.




5 comentarios:

Leticia dijo...

linda nota... también habito esas calles y noto los contrastes que mencionan en la nota que linkean en Diagonales. Solo una cosa: Peron y Evita no se casaron en San Ponciano, se casaron en San Francisco, calle 12 entre 68 y 69. Si van pueden ver placas recordatorias y creo que exhiben un simil del certificado/acta de matrimonio. Nobleza Obliga, rigor histórico

Psycobolche dijo...

El otro día compre comida ahí y llamé a Hugo como loco jajaaja... en fin, muy lindo relato, de los que me gustan a mi Chabón!

Juan Manuel Fiuza dijo...

Que bueno... en Mar del Plata 2005, Cumbre de america, y la Contracumbre, paradigma de lo que se había estado gestando en Latinoamerica, tuve la suerte de estar allí, cuando Nestor y Cristina salieron de hotel... contra todo pronóstico y protocolo, él y ella cruzzaron la calle como cualquiera, como uno de nosotros, como debe ser... tuve la suerte de registrar ese momento con mi cámara de fotos y de sentir en primera persona lo que generaban estos dos valientes históricos... Alberto Fernandez se quedó enla vereda del hotel, en ese momento lo admiraba, como tantos otros, le estreché la mano y pude ver su cara de admiración casi envidiosa al ver a su "jefe" entre el pueblo... la historia y las actitudes paupérrimas se encargaron de dejar en el olvido a éste personaje y enaltecer por siempre a estos transformadores... Salúd por ellos y nosotros! Si quieren les tiro la foto luego...

La otra cara del Patacón dijo...

Por favor Juan Manuel, nos encantaría ver esa foto. Nuestro correo es laotracaradelpatacon@yahoo.com.ar
Abrazo!!!!

Juan Manuel Fiuza dijo...

DALEEEE, mañana te las paso, las escaneo, fueron con cámara analógica, no digital, te paso la secuencia alg unas estan buenas otras no, pero odo sea por el registro histórico... Nunca había imaginado que 5 años despues me encontraba llorando en la Plaza