Foto: Télam.
Por @uriel_NacyPop *
Partamos de un problema central de la
política: cómo se divulga la información. De acuerdo a cómo esté distribuido el
conocimiento en la sociedad y a las expresiones de la opinión pública, se van a establecer los límites de los
escenarios políticos y todas las acciones políticas deberán respetar estos
límites.
Lo crucial de la divulgación es la
instalación de los temas ¿De qué depende? Hoy en día, para instalar un tema se
necesita una estructura mediática
potente y diversificada (medios gráficos y audiovisuales y redes sociales).
Esto da lugar para hablar del contexto mediático. En la actualidad vivimos
bombardeados por la información exprés, hay una dinámica extremadamente
acelerada del flujo de noticias, que da muy poco lugar al chequeo y nulo para
las rectificaciones. Otra característica central de los medios actuales es la
concentración. A nivel mundial existen estructuras constituidas capaces de
instalar su agenda mediática.
Teniendo en cuenta estas dos
características de los medios, velocidad y concentración, aparece algo aún más
peligroso: el establecimiento de
generalidades negativas, las cuales apuntan al carácter psicológico de los
receptores y tienen una profunda carga emotiva. Un ejemplo claro de esto:
luego del atentado a las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001, se
estableció a nivel mundial que todo persona con turbante era un posible
terrorista.
En nuestro país hace mucho tiempo se
viene promoviendo una generalidad negativa y que además es la causa para que el
conflicto al cual refiere se siga reproduciendo. Estas generalidades apuntan a
situaciones sensibles. Uno de los temas más sensibles de nuestro país, debido a
la cantidad de calamidades y hechos desafortunados que sufrimos a lo largo de
nuestra historia, es “la corrupción” y que hace nuestro subconsciente al
escuchar esa palabra, traza una relación directa con la política y los
políticos y se establece la generalidad “todos los políticos son corruptos”. Se
abren interrogantes ¿Por qué
establecemos dicha linealidad con los políticos y no con los empresarios? ¿A
quién favorece que creamos que todos los políticos son corruptos?
Esta generalidad es un mecanismo de
defensa de los intereses económicos concentrados. Al ser la política la única
herramienta de los pueblos en contra de la desigualdad y la injusticia, lo que
se busca es negarla, desactivarla, descalificarla, ponerla lejos de las
personas honestas y dejarla en manos de los corruptos para así confirmar con
los hechos la generalidad establecida, y
poder seguir reproduciendo un reparto desigual de la riqueza sin oposición
alguna.
*Tiene 19 años, es militante de la Juventud Platense para la Victoria y estudiante de Sociología en la UNLP.
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