Aparentemente, el costo de las entradas populares para presenciar partidos de Primera Divisións e incrementaría un 70% para llegar a los 50 pesos.
Los cables de las agencias de noticias certifican que este aumento redondearía un incremento global de 500% desde el año 2000 a esta parte. El aumento de la popu estaría basado en la suba que los clubes deberán afrontar en materia de seguridad: los operativos policiales se llevan la mayor parte de la inversión.
Así las cosas, corren como reguero de pólvora los pedidos sacrosantos de los representantes periodísticos de las corporaciones en favor de las clases menos favorecidas, que serían las más afectadas por este incremento. Paradoja inicial, estos voceros corporativos impostan su desasosiego por semejante atropello contra "la gente" cuando, en realidad, son el brazo intelectual (¿?¿?) de las empresas que propiciaron, cuando tuvieron el control de la producción, televisación y distribución de contenidos, la devastación de este rito popular bien argento: confiscación, apropiacion y exclusividad traducida en más contenidos pagos para un universo menor de público; devastación de las economías de los clubes (al margen de la corrupción, ineptitud o negligencia de los dirigentes) debido a la inequidad del "contrato" de la televisación (contrato que no reflejaba igualdad entre las ganancias extraordinarias de la empresa y lo que recibían las instituciones) que derivó en pauperización de los servicios al socio y/o hincha.
Si bien el aumento afecta esencialmente a aquellos que disponen de menos recursos, el eje de la discusión debería pasar por enfoques mas profundos porque, en realidad, la entrada no es más cara que en otros momentos.
Para certificar esto, se puede tener en cuenta el salario mínimo vital y móvil (SMVM) que hoy está en 1500 pesos (en estos días se está discutiendo un aumento que rondaría el 20%). En 1997, el SMVM era de 173 pesos.
Para comparar el rendimiento del SMVM de distintas épocas, se toma como parámetro los kilos de pan que se pueden comparar. Por ejemplo, hoy se pueden comprar 250 kilos a un costo de 6 pesos. Es el valor más alto desde la vuelta de la democracia.
Entonces, podemos hacer la ecuación con la cantidad de entradas populares que se pueden adquirir.
SMVM 2010: $1500
COSTO DE LA POPULAR: $50
30 ENTRADAS POPULARES
SMVM 1997: $173
COSTO DE LA POPULAR POPULAR: $10
17.3 ENTRADAS POPULARES
El aumento afecta y no se corresponde con las prestaciones que recibe quien garpa 50 pesos para ver un partido desde la popu: accesos laberinticos, baños deplorables, hacinamineto en algunos casos, estructuras edilicias que en muchos casos no garantizan seguridad; a esto se le suma la prepotencia latente de la policía que, en determinados lugares como Rosario, parecen al borde de la represión todo el tiempo y la pobre estructura macro del transporte público que ES EL ÚNICO MEDIO DE TRANSPORTE DE UNA BUENA PARTE DE los que van a la popular.
Así las cosas, es claro que el debate debería estar reguido por parámetros diferentes y por un compromiso que exceda la tilinga pretensión de preguntarse ¿Fútbol para Todos? y atacar al gobierno por derecha debido a la inflación "galopante" que miden organismos privados ligados a las corporaciones.
Entonces, la cuestión es interpelar al Estado por el estado del transporte público y por el comportamiento de la policía (esto último suena demasiado romántico porque es casi una verda de Perogrullo la independencia peligrosa -entendida como falta de control superior- de las policías, sobre todo en determinadas provincias, y la impunidad que ello otorga).
La cuestión pasa por la necesidad de exigirle a los clubes y a la AFA, con controles internos y externos que respondan a nuevos andamiajes de poder y lógicas no burocratizadas o intoxicadas, la adecuación a las necesidades de los socios y/o hinchas y de las obligaciones estructurales y metodológicas que impone esta época.
Finalmente, también cabe en esta discusión el papel del hincha en su rol de sujeto social activo y su comportamiento: el valor de la popular es irrelevante si no asumimos nuestra responsabilidad en la construcción colectiva. Va a valer la pena pagar 50 mangos para ir a la popu cuando las condiciones macro sean las adecuadas y cuando dejemos de pensar a la popular (en tanto espacio físico) como un lugar donde vale todo, desde destruir baños cuando nuestro equipo pierde hasta escupir al que viene a tirar el córner. 50 mangos son demasiados, pero no por la inflación que mide Poliarquía, sino por la decadencia a la que todos aportamos a la hora de construir un espectáculo único, por lo bueno y lo malo.
1 comentario:
con todo, ni la AFA ni el gobierno nacional van a revertir la gran estafa en la que se convirtió el fútbol. Jugadores que valen decenas y hasta mas de cien millones de euros, clubes socios e hinchas pobres que pagan fortunas para participar de una fiesta a la que los jugadores aportan mas bien poco... clubes que venden a los cracks a los 14 años y convierten el espectáculo en una resaca dominguera...
De todos modos sí es un avance que lo podamos ver gratis por la tele.
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